La prima de López Miras

Por primera vez tras la etapa Valcárcel, una encuesta, la del Cemop, otorga la mayoría absoluta al PP en la Región. El barómetro de Primavera le concede los 23 escaños pelados que le permitirían prescindir de Vox, partido del que se apropia un escaño, así como de otro del PSOE. 

Pronto se cumplirá un año de las últimas elecciones autonómicas. ¿Qué ha cambiado desde entonces? Sustancialmente, nada. No hay hitos de gestión que se puedan anotar. Por el contrario, se han incrementado los indíces desfavorables en las cuestiones que suelen ser expresivas en la economía y el bienestar, percepción que los encuestados admiten en distintos epígrafes del sondeo.

Podemos, pues, sugerir algunos motivos por los que el respaldo al partido de López Miras suma un 5% respecto al 28M, y los encontramos en déficits ajenos, es decir, que afectan al resto de las fuerzas políticas. 

El PSOE pierde fuelle por los efectos colaterales del sanchismo, así como por la parálisis orgánica con que ha aceptado su fracaso en las últimas convocatorias electorales. La política nacional gravita negativamente en el impulso de los socialistas murcianos, y éstos tampoco ofrecen señales de renovación.

Vox, al entrar al Gobierno con funciones que desdibujan su marco ideológico, pierde identidad, a pesar de que algunas de las respuestas del sondeo sobre las preocupaciones ciudadanas copian su relato. Las últimas iniciativas de ese grupo respecto al Mar Menor intentan reparar la sensación de que no es operativo, ni siquiera con competencias en la gobernación. 

Finalmente, Podemos persiste en una representación testimonial más o menos invariable de la izquierda desde el inicio de la autonomía, con excepción del periodo en que se hinchó ese soufflé.

El PP, aun sin ofrecer satisfacciones en la gestión, se ve primado por los vaivenes de la política nacional, de las contradicciones del Gobierno central y de la irrelevancia política a esos efectos de su forzado socio Vox. Así se las ponían a Fernando I.

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