Opinión | Tribuna Libre

Victor romera

Pongamos que hablamos de negociación colectiva

Un año más, saldremos a la calle el 1 de mayo porque seguimos a la cola del país en todos los indicadores de riqueza y a la cabeza en la precariedad

Foto de archivo de la marcha del Primero de Mayo en Murcia.

Foto de archivo de la marcha del Primero de Mayo en Murcia. / Juan Carlos Caval

Hace unos días se alcanzaba un principio de acuerdo en el Convenio Colectivo de Limpieza Edificios y Locales de la Región de Murcia, que afecta a unas 9.500 personas, la mayoría de ellas mujeres y con contratos a tiempo parcial, lo que convierte a este sector en uno de los más feminizados de la Región de Murcia y, desgraciadamente, el ejemplo de la precariedad laboral que sufre el mercado laboral de nuestra Región.

La negociación de este convenio colectivo podría ser la crónica de lo que ocurre en muchas de las mesas de negociación de Murcia. Para poder alcanzar mejoras salariales medianamente dignas, la otra pata de la mesa (las patronales) establece ciertas líneas rojas con difícil encaje en nuestros planteamientos sindicales, ya que suponen la modificación o supresión de los escasos derechos que todavía se conservan, como puede ser la mejora en la cobertura de las prestaciones económicas de las incapacidades temporales.

En el caso de este convenio, finalmente la paciencia en la negociación por la parte social, después de casi año y medio de negociación, y una convocatoria de huelga, ha permitido salvar este escollo y poder alcanzar un acuerdo sin que esto supusiera pérdida de derechos de las trabajadoras del sector.

Este ejemplo se repite con demasiada frecuencia. Son planteamientos que están demasiados extendidos, y que muchas veces dilatan las negociaciones en el tiempo sin muchos (o ningún) avances, porque a quienes defendemos a la clase trabajadora se nos hace imposible aceptar determinados posicionamientos patronales que suponen la pérdida de derechos de las personas trabajadoras.

Por ello, desde CCOO, llevamos mucho tiempo insistiendo en que es momento de hacer la negociación colectiva de la Región de Murcia más amable, más ágil y con planteamientos más serios. Hablamos de un número importante de convenios colectivos en la Comunidad que todavía están pendientes de negociación o de revisión. En muchos casos, son convenios de actividades esenciales como la sanidad privada, el transporte o los convenios del sector agroalimentario, donde ni siquiera sus tablas salariales recogen los últimos incrementos del SMI. La firma de estos convenios supondría acercarnos a los salarios y derechos del resto de territorios de nuestro país.

Pero, como se suele decir, «a río revuelto, ganancia de pescadores», y hace unos meses nos encontrábamos con otra modalidad de boicot a los sindicatos, la publicación del Convenio Colectivo de las ETT de la Región de Murcia, negociado y firmado con nocturnidad y alevosía a espaldas de los sindicatos más representativos de nuestra Región y del país. Tanta ocultación esconde interés por dar cobertura legal a unas empresas y a una forma de negocio en la que las personas trabajadoras son solamente cromos, como los que se intercambian en el recreo de los colegios. Eso sí, cromos sin derechos y a bajo coste.

Esta situación nos convierte en la tercera región con más contratos de puesta a disposición del país, solo superados por Cataluña y Madrid. El dato está ahí, cerca de 419.000 contratos de esta modalidad en el año 2023 que no tienen razón de ser y que justifica, en gran medida, que tengamos los salarios más bajos del país, las brechas salariales más altas, las pensiones más bajas…

Se acerca el 1 de mayo, y, como cada año, saldremos a las calles a reivindicar nuestros derechos como trabajadores y trabajadoras, porque es de justicia social que sigamos mejorando y haciendo compatible el trabajo con la vida. Es cierto que en los últimos tiempos ha habido cambios legislativos favorables y, en algunos casos, incluso históricos (subida del SMI, reforma de las pensiones, mejoras en materia de conciliación, ley de igualdad entre hombre y mujeres, etc.). Cambios en los que una organización de clase como Comisiones Obreras ha sido pieza fundamental. Aun así, queda mucho por hacer, y más en esta Región. Para ello es necesaria la seriedad en la negociación colectiva, con un objetivo claro de mejorar las condiciones de vida de las personas, que de eso es de lo que se trata la firma de un convenio.

Un año más, saldremos a la calle el 1 de mayo porque seguimos a la cola del país en todos los indicadores de riqueza y a la cabeza en la precariedad. En cualquier caso, tengan por seguro que CCOO continuará hablando de negociación colectiva, o lo que es lo mismo, insistiendo, luchando y trabajando para mejorar las condiciones de vida de las personas de la Región de Murcia.

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