14 de abril

Antonio Benaiges, el maestro que prometió el mar, o el mismo Federico García Lorca, continúan hoy enterrados en lugares desconocidos, desaparecidos, víctimas de la sinrazón de la violencia fascista tras el golpe de Estado de 1936. Como ellos, miles de conciudadanos/as siguen sepultados/as en fosas comunes desperdigadas por todo el país. En nuestra Región son más de quinientas en las que yacen cerca de mil ochocientas víctimas de la represión franquista y cuya memoria nos interpela a diario.

Recuperarla, devolverles la dignidad perdida y hacer realidad el principio de verdad, justicia y reparación es uno de los objetivos de la conmemoración de este, y tantos otros, 14 de abril, como lo es también de las leyes de memoria democrática que constituyen la herramienta, siempre mejorable, que nos permite ir cerrando páginas del episodio más triste e indigno de nuestra historia reciente, páginas que permanecen abiertas ya demasiado tiempo.

¿Cómo es posible que tu partido, Fernando, no haya condenado todavía la dictadura franquista y se resista a eliminar, en algunas localidades donde gobierna, símbolos de aquella todavía presentes como son las denominaciones de calles que recuerdan al asesino Queipo de Llano, al genocida Bastarreche o al carnicero Yagüe?

Por si esto fuera poco, ahora os aliáis incomprensiblemente con la ultraderecha, que reivindica aquel siniestro régimen para derogar leyes memorialistas, como en Castilla y León o, como habéis anunciado, próximamente en la Comunidad Valenciana, cercenando con ello el hilo de esperanza al que se aferran miles y miles de familiares de víctimas para cerrar este capítulo de su historia particular. ¿Qué derecho tenéis para negarles esta posibilidad? ¿Acaso no tienen derecho a encontrar los restos de sus seres queridos y darles digna sepultura después de tantos años de silencio?

Aquí ni siquiera tendréis que hacerlo Antelo y tú. Junto con Madrid y Galicia somos las únicas CCAA que carecemos de esta norma, aun así, el amparo de la ley estatal junto con el empuje ciudadano y de los colectivos memorialistas será suficiente para cambiar olvido por dignidad.

Pero también es día para reivindicar la República Federal como forma de gobierno más acorde con una democracia plena que garantice de una manera efectiva los derechos sociales y laborales desde la igualdad y la solidaridad del conjunto de los pueblos de España. Y, sobre todo, para reclamar aquel principio republicano de «renuncia a la guerra como instrumento de política nacional»,hoy tan necesario.