Plaza pública

Ellas hablan

Muchas mujeres defensoras de los derechos humanos se han enfrentado a represalias y agresiones por alzar sus voces y denunciar la verdad sobre la violencia contra ellas

El 8 de Marzo de 1908, un grupo de mujeres se reunieron en la fábrica textil ‘Cotton’ de Nueva York para declararse en huelga.

El 8 de Marzo de 1908, un grupo de mujeres se reunieron en la fábrica textil ‘Cotton’ de Nueva York para declararse en huelga.

Rosario Segura

Rosario Segura

Hace ya 116 años, un 8 de marzo, un grupo de mujeres trabajadoras textiles de Nueva York llevó a cabo ‘La huelga de las mujeres de la confección’ en medio de condiciones de trabajo injustas y discriminación contra ellas, que reivindicaban mejorar sus condiciones laborales, y que ha supuesto que, internacionalmente, al menos un día al año, consideremos que en esto de la igualdad en el trabajo, dentro y fuera del ámbito familiar, queda mucho por recorrer para las mujeres.

En España, por ejemplo, la tasa de actividad de las mujeres en 2023 fue del 54,43%, en comparación con el 63,80% de los hombres. En la Región de Murcia, además, el 86,2% de las personas que dejaron de trabajar en 2023 para cuidar a menores, enfermos, incapacitados o mayores, fueron mujeres.

Esta disparidad refleja las barreras estructurales y culturales que aún enfrentan las mujeres para ingresar al mercado laboral o mantenerse en él. Para superar este obstáculo, es necesario un compromiso firme por parte del Gobierno regional, donde su presidente parece que está más en otras salsas madrileñas que en la sociedad de su Región para promover la igualdad de oportunidades, eliminar la discriminación y crear entornos laborales inclusivos.

Hay gran desigualdad de género a pesar del progreso en la equidad social; es escandalosa la disparidad en la distribución de responsabilidades domésticas y la penalización de la maternidad en el ámbito laboral y social. Se hacen necesarias políticas empresariales que promuevan la conciliación laboral y familiar, así como campañas de concienciación y cambios en las jornadas laborales para lograr una distribución más equitativa del trabajo doméstico y, por supuesto, la valoración económica de las tareas de cuidado y la promoción de la corresponsabilidad familiar como medidas para lograr una igualdad.

No olvidemos que la mujer tiene un compromiso universal con su género, que lucha contra las injusticias en todo el mundo. En muchas sociedades persisten mitos y prejuicios arraigados que justifican la discriminación y la opresión de las mujeres. Estas ‘mentiras’ pueden manifestarse de diversas formas, desde la creencia en la inferioridad intelectual de las mujeres hasta la justificación de la violencia de género como algo natural. En este contexto, decir la verdad sobre la realidad de las mujeres, exponer las injusticias y desafiar los estereotipos de género (los antiguos y los nuevos) se convierte en un acto revolucionario, como diría Orwell. Muchas mujeres defensoras de los derechos humanos se han enfrentado a represalias y agresiones por alzar sus voces y denunciar la verdad sobre la violencia contra ellas, incluida la que supone eliminar a un hijo suyo en su vientre, aunque sea un derecho.

Trabajar para desmantelar las estructuras patriarcales, que perpetúan la desigualdad de género en todas las esferas de la sociedad, implica cuestionar las normas culturales y sociales que permiten la discriminación social laboral y la violencia contra las mujeres, así como promover la participación de las mujeres en todos los ámbitos de la vida pública, privada y en todas las culturas. Es la hora de que las mujeres hablen.

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