La Feliz Gobernación

Sin negocio no hay agro

"Hay neologismos que incorporan la palabra ‘fea’ para acentuar la maldad del concepto. Así ocurre con ‘agronegocio’, un invento murciano de Podemos"

Una explotación agrícola en el entorno del Mar Menor.

Una explotación agrícola en el entorno del Mar Menor. / Iván Urquízar

Ángel Montiel

Ángel Montiel

Los neologismos surgen habitualmente para sustituir a palabras que la corrección política ha cancelado. Pero hay otros que, por el contrario, incorporan la palabra ‘fea’ para acentuar la maldad del concepto. Así ocurre con ‘agronegocio’, un invento murciano de Podemos que data desde que se detectó la sopa verde en el Mar Menor, o quiza incluso antes. 

Sabemos qué quieren decir cuando emplean ‘agronegocio’. Se refieren, sin duda, a esas multinacionales de la producción agrícola cuyos consejos de administración radican a veces fuera de nuestras fronteras y que practican una agricultura intensiva impulsada con fertilizantes indiscriminados que contaminan la tierra y las aguas. Sin embargo, mi impresión es que el concepto contiene un prejuicio no tanto contra ese proceder empresarial como, además de a él, contra cualquier actividad económica, agrícola o de cualquier otro tipo. 

Soy hijo de agricultores que gestionaban una pequeña explotación familiar, y me pregunto cómo habría sido posible que subsistiéramos si los trabajos no hubieran tenido el objetivo de hacer negocio. «Un negocio consiste en un método de formar u obtener dinero a cambio de productos, servicios, o cualquier actividad que se quiera desarrollar», según define algo torpemente la Wikipedia, u «ocupación, quehacer o trabajo», en descripción más precisa de la RAE. Cultivar las tierras tiene como fin obtener beneficio de ellas, es decir, hacer negocio. De otra manera sería trabajar sin rendimiento, que es precisamente de lo que se quejan los agricultores que se movilizan porque se ven obligados a trabajar a pérdidas o porque sus márgenes de beneficio son mínimos. 

Me pone de muy mala fondingui escuchar la palabra agronegocio, porque aunque sé lo que quiere expresar lo hace muy malamente. Supongo que cualquier actividad profesional o política de los dirigentes y militantes de Podemos conlleva el intercambio de tareas y servicios por emolumentos, es decir, por la obtención de beneficios, y en eso consiste el mutuo negocio de las partes que contribuyen a la actividad. Por tanto, utilizar ese concepto prejuiciosamente contra la agricultura es llevar demasiado lejos un imaginario anticapitalista que solo se aplica a ella.

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