Al azar

Feijóo, otro novio de Junts

Feijóo quiere un pacto con los independentistas que no se le note mucho, en sintonía con su carrera política de baja intensidad

El presidente del PP, Fernando Núñez Feijóo

El presidente del PP, Fernando Núñez Feijóo / Álvaro Ballesteros / Europa Press

Matías Vallés

Matías Vallés

El independentismo está equivocado, pero es sexy. El romance de Junts con el PSOE, una boda a punta de escopeta, se ha complicado por la aparición de un nuevo pretendiente. Núñez Feijóo también quiere ser novio político de Puigdemont. El madrileño Pedro Sánchez, genéticamente contrario a una amnistía a la catalana, confiesa abiertamente que su matrimonio obedece al interés. O a la necesidad virtuosa, que suena todavía más desesperado. 

En cambio, el pilluelo gallego se conforma con una relación clandestina, que le arrastre los votos soberanistas sin necesidad de una ceremonia nupcial. Se parece al duque de Edimburgo, cuando pretendía que su amante Penny Knatchbull fuera incorporada por su esposa Isabel II al séquito real, para amortiguar el impacto del adulterio.

Feijóo quiere un pacto con los independentistas que no se le note mucho, en sintonía con su carrera política de baja intensidad. La reacción a su duplicidad se ha centrado en la lógica perplejidad del PP, que ha de tragarse el indulto tras las manifestaciones contra la amnistía

Sin embargo, la confesión adquiere visos dramáticos al imaginar la estupefacción del entramado judicial antiamnistía, entusiasmado con demostrar que Putin no da un paso sin consultar antes con el terrorista Puigdemont. La situación de los ejemplares conjurados se asemeja al asombro de Tejero, cuando le presentaron un Gobierno de Armada con comunistas dentro.  

Se denunciaba que el PSOE gobierna desde Bruselas, ahora se confirma que también el PP ejerce la oposición con la mirada puesta en la capital europea. En un país racional se acreditaría a Puigdemont como un actor político más, al igual que Vox o Bildu, pero con la ventaja de la bilateralidad que también adorna al PNV. 

Sin embargo, la recia España no defrauda al decantarse siempre por las pasiones de folletín, donde se besa y se acuchilla al mismo tiempo. Frente a tanta hiperventilación, la democracia es el sistema de los contables. 

Tanto votas, tanto vales.

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