Nos queda la palabra

El tajo juvenil

Por mucho que se legisle a su favor, la juventud no se rinde. Frente al salario, la propina. La estabilidad para quien la quiera. Y si hay que elegir techo, mejor el de las estrellas

Julián García Valencia

Julián García Valencia

¿Hora de comer? Comer es de pobres responde el joven rubio, ofreciéndose a su jefe a prolongar su jornada partida hasta las 20 horas o más allá. Tatuado tanto en la piel como en su cabeza con la semilla del esclavismo. El ‘bro’ se jacta, además, de hacerlo por gusto y recrimina a aquellos jóvenes que trabajan «a cambio de algo».

Lleva 80.000 'me gusta' en el TikTok. Ya saben. El principal medio de comunicación entre la juventud. Capaz de hacernos tragar lo indigerible, como un Twitter al que muy pronto habrá que marcar con una X para no ver las estupideces de, entre otras, alguna presidenta de Comunidad Autónoma anhelando sus tiempos de becaria.

Ciertamente, este Gobierno progresista tira a matar, subiendo el salario mínimo un 55% en 5 años. Y, por si no fuera suficiente, remata con un incremento de la estabilidad que impide la libertad del paro, en claro retroceso tras marcarse récords de cotizantes y empleo.

Tienen, dicen con pena, una mente tan aviesa que hasta los becarios cotizan y cobran como nunca.

Y quizá por ello también arremeten contra la limitación o ayudas al alquiler y compra de la vivienda, porque no ha de impedirse la voluntad de dar una gratificación a los propietarios, las inmobiliarias o los constructores.

Por mucho que se legisle a su favor, la juventud no se rinde. Frente al salario, la propina. La estabilidad para quien la quiera. Y si hay que elegir techo, mejor el de las estrellas.

La involución es la revolución y, por ello, cuando oyen hablar de derechos recuerdan aquellos tiempos en los que tan solo había deberes. Qué delicia escuchar a nuestros mayores deleitándose con la falta de horarios o con el vale para el economato o viviendo a salto de mata hasta Alemania. 

Luego se crearon los sindicatos y después los partidos políticos y aquello empezó a decaer.

Con esa táctica, seguro que podrán alimentar y divulgar su descontento. Para estos personajes de ayuno físico e intelectual, pegarse un tiro en el pie está de moda, lo que no les impide caminar hacia la esclavitud voluntaria... y el rebaño da ‘like’.

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