Noticias del Antropoceno

Una red cada vez menos social

Dionisio Escarabajal

Dionisio Escarabajal

Cuando se estrenó La Red Social, una película que cuenta con detalle la invención y los primeros años de Facebook (por ella nos enteramos que su nombre original era The Facebook) fue todo un acontecimiento en la propia empresa y para su fundador, que tuvo en su momento la enorme habilidad de no sentirse aludido por los aspectos negativos sobre su figura que deja evidente la película en cuestión. 

Ahora se cumplen precisamente veinte años de esa fundación y Meta, como se llama ahora el conglomerado que engloba a Facebook, Instagram y Whatsapp, se ha convertido en un fenómeno global que alcanza a más de 3000 millones de usuarios, de los que 2000 millones se conectan frecuentemente. Marck Zuckerberg no ha perdido su cara de niñato, pero ha superado eficazmente su miedo escénico y ahora es capaz de enfrentarse con cierta superioridad moral a un auditorio atento de senadores y congresistas norteamericanos.

Facebook ha recorrido un largo camino desde aquellos años de red social limitada a una sola universidad hasta el fenómeno universal de comunicación que es actualmente. Aunque no puede disimular sus enormes debilidades. Lo que fue concebido como una forma de comunicarse con colegas, amigos y familiares, se convirtió con el feed en una forma mucho más pasiva de recibir información de esa misma esfera de contactos, disminuyendo seriamente la interacción a simples likes o reacciones sencillas mediante emoticonos.  

Ese mínimo nivel de interacción era suficiente, por otra parte, para generar perfiles con las preferencias de los usuarios que sirven para engrasar la enorme maquinaria de publicidad que buscaban sus directivos.

El caso es que las redes sociales son cada vez menos sociales, con sus usuarios consumiendo piezas cortas de vídeos musicales o chistes graciosos como en Tik Tok (con su correspondiente copia en los reels de Instagram) recetas de cocina y, sobre todo, con ese desatado emisor de todo tipo de contenidos audiovisuales en lo que se ha convertido Youtube. 

Por supuesto que la gente reacciona y puede comentar en Tik Tok o Youtube, pero lo hace una minoría cada vez más exigua. Facebook está intentando unirse al carro con el Metaverso, a fuerza de músculo y con miles de millones de dólares de inversión. De momento el proyecto ha fallado, pero nadie en su sano juicio apostaría por el fracaso definitivo de una apuesta empresarial de Marck Zuckerberg.

Suscríbete para seguir leyendo