Noticias del Antropoceno

La factoría china, cada vez más cerca

Dionisio Escarabajal

Dionisio Escarabajal

La semana pasada me di una vuelta por Barcelona para visitar la edición número 20 de la Feria ISE (Integrated Systems Europe) que, bajo tan anodino nombre, esconde la oferta de gran parte del sector electrónico, básicamente audiovisual. Al contrario que el Mobile World Congress, al que se compara en tamaño, visitantes y repercusión económica para la ciudad, lo importante aquí no son los avances en las telecomunicaciones de consumo, sino el progreso del hardware audiovisual (con su correspondiente tecnología incorporada): instalaciones de sonido, como las que animan al personal nuestras discotecas favoritas, o las grandes pantallas que están cada día más presentes en nuestras ciudades, Por cierto, las instalaciones para las smart cities tienen también un apartado significativo en el ISE, una feria que parte de su sede original en la Feria de Amsterdam para celebrarse desde hace un par de años en la Ciudad Condal.

Acostumbrado a las ferias inmobiliarias, esta Feria de la Electrónica me sorprendió por la abrumadora presencia internacional, tanto de público como de expositores. Había un pabellón directamente copado por expositores chinos. De hecho, nunca había visto tantos chinos juntos en mi vida, especialmente chinos altamente simpáticos y comunicativos. Pude visualizar así esa descripción tan hiriente para nosotros que define a los norteamericanos como los ingenieros del mundo, a los chinos como los fabricantes y a Europa como el balneario al que los ciudadanos de ambos países visitan como turistas para relajarse y disfrutar con sus bellezas arquitectónicas y artísticas del pasado. 

Pasando por los pabellones de esas empresas chinas se comprende la fuerza comercial que les mueve, la misma que ha lanzado a los países de Asia oriental a una carrera frenética por convertirse en proveedores de casi cualquier cosa que necesite una cierta elaboración. Con las puertas cada vez más cerradas de Estados Unidos, los fabricantes chinos se están volcando en Europa, como se evidencia por la presencia cada vez más intensa de marcas chinas de coches eléctricos. La reacción de Europa está siendo proteger e intervenir sus sectores estratégicos, aunque no está claro cuales deberían ser.

Por otra parte, los chinos presionan comercialmente en Europa ante una demanda interna que se les está cayendo a trozos debido a la crisis inmobiliaria y al cierre de las inversiones extranjeras en su país.

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