Salud y rock and roll

Dame veneno

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Belen Unzurrunzaga

Belen Unzurrunzaga

Me hago mayor. Antes de acostarme miro el tiempo que hará al día siguiente. Y al despertar, consulto lo mismo y la calidad del aire. Envidio a Galicia y sus lluvias, esas tan necesarias por estas secas tierras de la Región de Murcia. Estamos en enero, varias borrascas han pasado por el país y aquí hemos llegado a los 25 grados, ni rastro de lluvia, ni previsión de ella. 2023 ha sido el año más caluroso y seco de los que se recuerdan, y lo que llevamos de 2024 no parece que vaya a mejorar.

Por si esto fuera poco, respiramos veneno en la ciudad de Murcia, día sí y día también. El alcalde hace unos días, al preguntarle por los niveles de partículas PM10, decía que no estábamos por encima de lo que permite la normativa, y yo me quedo perpleja, me cabrea, no entiendo por qué nuestros gobernantes no hacen nada. No es cuestión de llegar a los límites permitidos, la cuestión es que hay que invertir en un servicio de transporte público de calidad, con frecuencias y flota renovada, que dé servicio a la población. Los coches van a seguir existiendo, pero el transporte público tiene que convertirse en el eje de la movilidad para todas y todos. Una vez más no debería ser una cuestión partidista, y menos en un Ayuntamiento. Fue una apuesta valiente, con mejoras, que debería haber ido de la mano de un plan sostenible que pusiera en el centro al transporte público.

Pero todo está siendo un despropósito desde su puesta en marcha, y lejos de querer apostar por una movilidad sostenible, el nuevo Gobierno municipal apuesta por casi 4.000 plazas de aparcamiento más en el centro y cambiar el plan, ya en funcionamiento, para darle más espacio a los coches particulares. Y por si fuera poco, súmenle a la contaminación del tráfico las quemas agrícolas que cada día en la huerta se realizan sin control.

Tenemos un combo letal que cada mañana hace nuestro entorno irrespirable por el humo y por el negacionismo climático de los que nos gobiernan. No puedo entender cómo en vez de tanto pan, circo y fuegos artificiales, no se toman en serio la gravedad y la toxicidad de nuestro aire, para el Gobierno regional y municipal debería ser prioridad esto y no la Murcia Barroca, la ley de amnistía o ETA.

Pero después de echarle un vistazo al CEMOP de invierno, todo se entiende mejor.

El Partido Popular ganaría las elecciones en la Región de Murcia, a pesar de que el 39.9% puntúa regular al PP en la gestión de sus primeros 100 días de gobierno. El partido de ultraderecha tiene en la Región a sus más fervientes seguidores y se harían más fuertes que en las pasadas autonómicas, quitándole un diputado al partido socialista, que por si aún no se han dado cuenta sus bases, va cuesta abajo y sin frenos. Podemos, por su parte, mantendría los dos diputados. No me cabe duda que la banda sonora de este CEMOP de invierno es la canción de Los Chunguitos, Dame veneno que quiero morir.

Lo que no tengo muy claro es si la Región de Murcia es de derechas, o si un partido de izquierdas renovado con un proyecto de Región ilusionante, sostenible y que apueste por la justicia social podría conseguir que esta sociedad inmóvil cambie tras más de 25 años con el mismo gobierno. Lo tóxico, además del aire que respiramos, es tener a los mismos en el poder casi 30 años. No me gusta culpar a nadie, pero quizás la izquierda en nuestra Región está fuera de la realidad, más allá de sus afiliados no cuentan con el apoyo de la sociedad de la Región de Murcia. No ilusionan, solo cuentan con sus palmeros, y es terrible ver cómo esta Región hoy no tiene un partido de izquierdas que apueste por mejorar la Sanidad, reforzar la atención primaria, eliminar las listas de la Dependencia, trabajar en las políticas de cuidados para los ciudadanos y que nos represente a parte de la sociedad de esta Región.

Creo que tendré que seguir soñando mientras llega ese momento, canten conmigo, Dame veneno que quiero morir, dame veneno…

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