Noticias del Antropoceno

El peor fracaso moral desde Vietnam

Dionisio Escarabajal

Dionisio Escarabajal

La historia de Occidente, un concepto no muy bien definido pero cuya característica más reconocible es el respeto a los derechos del individuo está salpicada de guerras y alguna masacre que otra. Pero lo característico de esa historia es el progreso en tecnología y ciencia, y también en valores como el respeto a la vida. Ese camino de progreso moral e intelectual, que cuajó en el humanismo renacentista, tuvo su punto álgido en la Declaración Universal de Derechos Humanos aprobada en el marco de la ONU, un organismo impulsado por Estados Unidos y el resto de países occidentales tras su victoria sobre las autocracias imperialistas en la Segunda Guerra Mundial.

A partir de ahí, han seguido existiendo conflictos, sobre todo en forma de guerras civiles, pero cada vez en menor número y de menor intensidad, aunque la gente no lo perciba así. Estados Unidos cayó en la trampa de Vietnam, una guerra colonialista que no le correspondía luchar, en aras de contener el famoso efecto dominó contra la expansión comunista en Asia. La misma excusa puso para las múltiples intervenciones vergonzantes en países proclives a caer en la órbita soviética en América Latina, África o Asia. Lo de Irak fue una equivocación bienintencionada pero lamentable y lo de Afganistán una vergüenza, y no por la invasión y el intento de construir un país viable, sino por el abandono a su suerte de millones de afganos y, sobre todo, afganas, condenadas a someterse al machismo de sus verdugos talibanes.

Como demuestran las intervenciones en Kosovo y Libia, contra inminentes genocidios, Occidente intenta ser coherente con sus valores humanitarios y se siente orgulloso de su superioridad moral, también en el caso de Ucrania. Lo que no esperábamos es que el niño mimado de Estados Unidos en Oriente Medio, Israel, abandonara toda perspectiva humanitaria, abominara de la protección de vidas humanas inocentes, y se emabarcara en una guerra sin cuartel en la que poco importa la muerte masiva de niños inocentes. Es una vergüenza insoportable para los que seguimos apoyando su derecho a existir como país independiente y a defenderse de los ataques terroristas palestinos. Tiene que pararse ya.

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