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El Reino Unido vuelve a la cordura

El primer ministro británico, Rishi Sunak.

El primer ministro británico, Rishi Sunak. / TAYFUN SALCI / ZUMA PRESS / CONTACTOPHOTO

Dionisio Escarabajal

Dionisio Escarabajal

Parece que las estridentes voces de los radicales del Brexit se fueran acallando, aunque sea lentamente. Cuando se mira siete años hacia atrás, parece mentira que el Reino Unido haya pasado por tanto enfrentamiento calamitoso y liderazgo tempestuoso. A siete años vista, la percepción generalizada es que casi todo lo que podía ir mal, ha ido mal. No se ha solucionado ningún problema y, por el contrario, se han creado problemas que antes no existían. Por lo pronto, la excusa principal del Brexit, que era el control de fronteras y la excesiva inmigración, sigue igual o peor de lo que estaba, con el agravante de que, en lugar de blancos europeos, Reino Unido se está llenando de afganos, pakistaníes y subsaharianos, como corresponde a la antigua metrópoli del mayor imperio colonial de los tiempos modernos. Las enfermeras españolas están siendo sustituidas por las filipinas. No hacían falta alforjas para tan escaso viaje.

La máxima autoridad de control económico de UK evaluó el impacto positivo para la economía británica de la incorporación del país al acuerdo Transpacífico (el mayor éxito comercial de los partidarios del Brexit hasta ahora) en un 0,04% del PIB en los próximos quince años, mientras que el impacto negativo de haber abandonado la UE se evalúa en el 4% en el mismo período, o sea, cien veces más.

A la chita callando, el Gobierno de Rishi Sunak, un británico de origen indio casado con una de las mayores fortunas del subcontinente, va arreglando como puede los daños más evidentes causados por la chapuza del Brexit y el Acuerdo Comercial que desde entonces rige las relaciones económicas entre Reino Unido y la UE. La reciente incorporación al gabinete de David Cameron, el antiguo primer ministro y perpetrador del estúpido referendum que tanto daño ha causado a británicos y europeos, es una señal evidente del cambio de rumbo. Quieran los británicos o no, el destino del Reino Unido está ligado al de Europa. 

Desde mi punto de vista, estamos mejor con los problemáticos ingleses fuera meando para todas partes, que con ellos dentro poniéndonos pringados. Esa ha sido, por otra parte, su decisión, y hay que desearles lo mejor.

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