Tribuna libre

AVLO, una oportunidad perdida

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José Ramón Díez de Revenga

En un momento en el que las políticas públicas europeas están centradas en tratar de disminuir el uso del vehículo privado, especialmente si es de combustión, para reducir la emisión de gases de efecto invernadero, y combatir así el cambio climático, una de las piezas clave es el desarrollo del transporte de viajeros por ferrocarril, mucho más eficiente, seguro y menos contaminante.

Se trata, en cierto modo, de recuperar un medio de transporte cuyo uso había caído significativamente con el auge de la automoción, aprovechando sus innegables ventajas de comodidad, seguridad y fiabilidad. Su principal inconveniente son las elevadísimas inversiones necesarias, pero la Unión Europea está dispuesta a poner los recursos necesarios. En el Corredor Mediterráneo español se llevan ya invertidos más de 27.000 millones de euros, y solo tiene puesto en servicio el 36% del total de su trazado.

Por tanto, el objetivo marcado por Europa, con el que estamos plenamente alineados, es tratar de trasvasar todos los viajeros que se puedan desde la carretera hacia los trenes de alta velocidad. Las mercancías también, pero eso requiere un análisis aparte. Son más seguros, más fiables y, sobre todo, menos contaminantes. El único inconveniente es la elevada inversión, pero estamos dispuestos a asumirla.

Pero luego está la Región de Murcia, desgraciadamente un caso aparte. Después de décadas esperando la infraestructura, de miles de reclamaciones, y de más de una agria polémica, ya tenemos conexión con Madrid mediante vía de alta velocidad, con todas las características de un ferrocarril moderno (sistema de señalización ERTMS, electrificado a 25.000 V, velocidad de diseño de hasta 300 km/h, etc.). Y en breve también la tendremos con Barcelona, con la frontera francesa y con el resto del arco mediterráneo, en cuanto concluyan las obras que ya están en marcha.

Pero los viajeros aún no pueden ir en ferrocarril. Porque apenas tenemos trenes.

Se ha hecho todo lo difícil: diseñar el trazado, ocupar el territorio, expropiaciones, construir la infraestructura, habilitarla para que cumpla con las más estrictas condiciones de seguridad, movilizar ingentes cantidades de recursos públicos… y ahora casi no se le da uso.

Y no es porque el usuario no lo esté deseando, que lo está, sino por pura miopía política. La gente no usa más el tren, simplemente, porque no se le ofrecen unos servicios suficientemente atractivos. Si solo se ponen tres o cuatro trenes al día por sentido, y en horarios poco comerciales, pues es difícil que el viajero esté dispuesto a largas esperas para adaptarse al tren. Si se programan viajes a Madrid en tres horas y media, cuando técnicamente se pueden hacer en 2 horas y 20 minutos, pues la gente prefiere la flexibilidad del coche. Si se ponen unos precios similares a lo que uno se gastaría en combustible, lógicamente se prefiere el vehículo privado que te lleva de puerta a puerta. Puro sentido común. Y no es porque los dirigentes actuales no sepan hacerlo mejor, no. En otras ciudades (Alicante, Málaga, Sevilla, Zaragoza, Córdoba, Toledo…) si se cuenta servicios atractivos y competitivos. Y en ellas, la gente deja el coche para optar por el tren. Por tanto, lo que sucede con Murcia es, simplemente, por voluntad política. Aquí no se quieren poner unos trenes en condiciones.

El último capítulo de este despropósito es el anuncio del AVLO, los servicios de bajo coste de la empresa pública Renfe. Han decidido programar un único tren, que sale de madrugada de Madrid, llega a Murcia y vuelve. Y nada más hasta el día siguiente. Discúlpenme, pero eso no es un servicio ‘low cost’ en condiciones, eso es solo postureo.

Esto solo se puede explicar al conocer los planes manifestados por el operador privado OUIGO de programar un ‘low cost’ de verdad con la Región, con cuatro frecuencias diarias y a horarios comerciales, con precios bajísimos. Renfe, siguiendo instrucciones políticas, ha querido adelantarse, «robar el titular». Y como están tan centrado solo en la estética, no se dan cuenta de que lo interesante de verdad es la enorme masa crítica captable de viajeros que tiene la Región, que llenaría sus trenes y haría la línea muy rentable, económica y socialmente. Un enfoque que sí tiene claro OUIGO, créanme porque puede apreciarlo en primera persona, y algo tuve que ver en ello. Mientras solo se busquen titulares, mientras no se ofrezcan unos servicios atractivos para el viajero, me temo que los habitantes de la Región de Murcia seguirán optando por el vehículo privado para sus viajes de larga distancia. Y seguiremos al margen de las políticas europeas de descarbonización, no dando uso adecuado a costosísimas inversiones y desperdiciando oportunidades. Una lástima.

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