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«Putodefender España», ¿de qué?

A España se la ‘putodefiende’ en el Parlamento, no en las calles

Manfiestación en contra de la amnistía frente a la sede del PSOE en Ferraz, Madrid.

Manfiestación en contra de la amnistía frente a la sede del PSOE en Ferraz, Madrid. / EFE/Rodrigo Jiménez

Belen Unzurrunzaga

Belen Unzurrunzaga

Termina una semana clave para la política de nuestro país. El PSOE, tras recibir por parte del Rey Felipe VI el encargo de intentar formar gobierno, ha llegado a un acuerdo de investidura con el apoyo de Sumar, Eh Bildu, PNV, Junts, ERC, BNG y Coalición Canaria. Mayoría absoluta por la que el candidato del partido socialista, Pedro Sánchez, puede proclamarse presidente del gobierno en primera vuelta la próxima semana. Un gobierno de izquierdas, reflejo de la pluralidad del Parlamento, reflejo de lo que los ciudadanos han querido tras las pasadas elecciones del 23 de julio.

Mientras, los progres enemigos de España, filoterroristas, independentistas y rojos comunistas se han sentado para acercar posturas y llegar a acuerdos para formar gobierno legítimo. Mientras, la derecha y extrema derecha de nuestro país se ha encargado con gran irresponsabilidad de incendiar las calles. El adversario político se ha convertido en el enemigo, y aquí está el peligro. Señores de la derecha y la extrema derecha, el parlamento fue creado para hacer política, no las calles.

Llevamos semanas desde que Pedro Sánchez inició la negociación para llegar a un acuerdo de investidura con Junts, escuchando todo tipo de burradas respecto a la Ley de Amnistía, cuando todavía no se conocía el contenido del documento. Que si se va a romper España, que si Pedro Sánchez es un traidor, un dictador, un tirano... Esperanza Aguirre cortando el tráfico, Aznar y Abascal arengando a los ciudadanos. Y por si fuera poco, los señores de la extrema derecha también la han tomado con Felipe VI, renegando de La Corona, esto no lo vi venir.

Feijóo y Abascal mantienen un pulso por capitalizar las calles, convocando manifestaciones para protestar por la Amnistía y el acuerdo del candidato socialista con los independentistas. Te puedes oponer y manifestarte de manera pacífica, muy a favor, además, pero lo que ha sucedido esta semana en las calles de nuestro país es intolerable.

Esto no es de ahora, en el momento que la extrema derecha ha entrado en las instituciones de la mano del Partido Popular (no olvidemos que son socios de gobierno en Castilla León, Extremadura, Comunidad Valenciana y la Región de Murcia), el odio, el fascismo, el racismo y el vocabulario belicista, que nos recuerda a otros tiempos muy oscuros, se ha instalado en nuestra sociedad. Se han quitado la careta, no se esconden y la prueba la hemos visto estos días en la calle Ferraz, en las manifestaciones contra Pedro Sánchez y la sede socialista.

Hemos podido escuchar los grandes éxitos del fascismo: el Cara al sol, el himno de la División Azul, «Alzamiento nacional», «La constitución destruye la nación», «Franco, Franco». Y en esta línea tan pacífica y constitucional, los manifestantes portaban barras extensibles, bengalas, palos y adoquines de gran tamaño. Hemos escuchado gritos racistas: «España cristiana y no musulmana», y a la policía les llaman maricones. Y qué decir lo que están aguantando los periodistas por hacer su trabajo, cómo mi querido amigo Javier Martinez Bastida, quien ha tenido que soportar insultos homófobos y repetidos episodios de intimidación por parte de esos adorables manifestantes constitucionalistas que quieren «putodefender España». Y me pregunto, ¿de qué la quieren defender? ¿Nos atacan?

Ahora resulta que ser español y defender a España se hace siendo homófobo, racista y radical. Aún recuerdo una pancarta que mostraba Bastida la otra noche en uno de sus directos: «Bienvenidos al 36, volumen II», y lo peor, un número considerable de manifestantes, además de tener una edad insultantemente joven, demuestran una indigencia intelectual preocupante en los tiempos que corren. Si la situación fuera tan grave y España se rompiera, ya les digo que el Partido Popular daría sus votos para que no ocurriera, pero es mucho mejor alimentar las calles de odio y polarización.

Del castigo al perdón hay como nexo de unión, la reconciliación, eso sí, dentro de la Constitución, haciendo concesiones sí. En eso consisten los acuerdos. Quién no esté de acuerdo, que vaya a los tribunales. Si están cabreados, salgan a manifestarse, pero no sean como la extrema derecha fascista, que lo único que está sembrando es el odio. Y recuerden, que ya están dentro de nuestras administraciones públicas, el primer gran error que cometió el PP, partido que condena con matices los terribles incidentes de las manifestaciones de Ferraz, en este pulso perdedor ante un acuerdo de investidura que espero salga adelante la próxima semana.

A España se la ‘putodefiende’ en el Parlamento, no en las calles.

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