SALUD Y ROCK N ROLL

El baile de Meryl

Además de su talento como actriz, Meryl es de esas mujeres con las que me iría de cañas, o sidras, porque tenemos claro que se ha ido de Oviedo sabiendo escanciar unos culines de sidra

La actriz estadounidense Meryl Streep, Premio Princesa de Asturias de las Artes, interviene durante la gala de la 43º edición de los Premios Princesa de Asturias.

La actriz estadounidense Meryl Streep, Premio Princesa de Asturias de las Artes, interviene durante la gala de la 43º edición de los Premios Princesa de Asturias. / EFE/Chema Moya

Belen Unzurrunzaga

Belen Unzurrunzaga

Parece que ha llegado el otoño. Por fin algo de fresco en estos días calurosos de octubre, acompañado de lluvia y el placer de dormir tapada con la sábana o vestirme con algo de abrigo y empezar a guardar la ropa de verano. Aunque me resisto a despedirme de la ropa de baño, una hora en el mediterráneo a mitad de esta semana ha sido uno de esos momentos de paz que atesorar.

Una semana más de este año se va, una semana insoportable en lo que a la actualidad se refiere. Guerras, polarización política y racismo en estado puro por parte de la ultraderecha de nuestra Región. La amnistía, otro hit político que se ha convertido en el grave problema de nuestra región para el presidente de la comunidad, o cómo el portavoz del partido socialista en la asamblea quería tenerlo todo, y ser también senador autonómico, porque lo de dimitir y dejar paso a un proyecto de izquierdas que ilusione, lo dejamos para otro día. Está claro que nuestra clase política se dedica a todo menos a trabajar por el millón y medio de ciudadanos de la región.

Cada día me apetece más aislarme del mundo, dejar de estar pendiente de lo que ocurre: guerras, muerte, violencia, abusos, desinformación... Todos sabemos de todo, la primera yo, que opino de ello en una tertulia de radio y escribo esta columna. A veces me pregunto, ¿quién soy para opinar y compartir con quien me escucha o me lee? No sabemos de nada, y, en estos tiempos tan convulsos, siento pudor de hablar de determinados asuntos.

Entre tanto dolor por el ataque a un hospital en Gaza (las cifras de la guerra me dejan sin aliento al saber que un tercio de los asesinados en el conflicto de Israel y Palestina son niños) o el bochorno por el excesivo número de políticos que acudieron al funeral en la Catedral de Murcia por las víctimas del incendio en una discoteca de Atalayas, y el malestar de los familiares por las cámaras y la excesiva exposición pública, lo único que ha anestesiado, y me devuelve la esperanza en el ser humano, es el baile de Meryl a su llegada a Oviedo para recibir el premio Princesa de Asturias de las Artes 2023.

Con tres premios Oscar, ocho Globos de Oro, dos BAFTA y tres Emmy, tras más de cuarenta años de carrera como actriz, Meryl Streep está considerada como una de las mejores actrices contemporáneas. Esto lo tenemos claro, pero además de su talento como actriz, Meryl es de esas mujeres con las que me iría de cañas, o sidras, porque tenemos claro que se ha ido de Oviedo sabiendo escanciar unos culines de sidra, no tengo pruebas pero tampoco dudas. El baile que nos ha regalado a las puertas del hotel Reconquista mientras escuchaba la bienvenida que le daba el grupo de gaiteros es lo mejor que me ha pasado esta semana, o cómo ha tratado a Juan, un niño de 10 años que le pedía un autógrafo ¡hay que quererla!

Recuerdo un armario que había en casa de mis padres, uno de sus cajones estaba lleno de cintas VHS con películas grabadas por mamá. Recuerdo ser una preadolescente, algo solitaria, que aprovechaba los días que me quedaba sola en casa para disfrutar de las películas del cajón, entre las que recuerdo algunas de Meryl: Manhattan (1979), Memorias de África (1985), Se acabó el pastel (1986), La muerte os sienta tan bien (1992) o Los Puentes de Madison (1995). En los últimos tiempos me ha encantado verla en Las Horas, o interpretando a Margaret Thatcher en La dama de Hierro, o su papel de presidenta de los EEUU en Don’t Look Up. Ojalá haya más como ella, cercana, humilde y comprometida con el feminismo. Consciente de la responsabilidad que tiene al ser una estrella conocida en todo el mundo, la importancia de los mensajes que lanza al mundo y que a la vez podría irme de cañas con ella y acabar juntas en un karaoke cantando alguna de ABBA.

Pero la actriz no ha sido la única heroína de la semana, a nuestra ‘Lourdes del Ficus’ le ha salido una competidora en Sevilla retransmitiendo la caída de una ‘parmera’ por el temporal. Háganse un favor, busquen el vídeo y rían un rato, es lo que nos queda, junto con el baile de Meryl.

Suscríbete para seguir leyendo