Pulso político

López Miras vuelve a abandonar a la comunidad educativa

Antonio José Espín

Ha vuelto a pasar. Otro año más, y ya van unos cuantos, el Gobierno de López Miras ha generado el caos en el inicio del curso escolar. Y es que, de nuevo, septiembre les ha pillado, como si fuesen novatos en esto de gobernar, con los deberes sin hacer.

Es intolerable que, al igual que pasó el pasado año, miles de alumnos y alumnas hayan comenzado el curso sin transporte escolar, sin el medio que les permite cada día asistir a sus centros educativos. La falta de planificación del Gobierno regional y su desastrosa gestión en este asunto ha supuesto un tremendo agravio a las familias que no tienen cerca de su hogar el centro educativo de sus hijos e hijas. Ha generado, de nuevo, la lamentable estampa de centenares de menores esperando sin éxito en las paradas de autobús, el revuelo que supone que cientos de familias tengan que encontrar un plan B que no siempre es factible para que sus hijos e hijas pudieran, como el resto, reencontrarse con sus compañeros y regresar en tiempo y forma a las clases. Ha vuelto a suponer una vergüenza mayúscula para quienes veíamos como, también niños y niñas con necesidades educativas especiales, sufrían esta lamentable e indigna situación mientras el presidente de nuestra Región se repartía los sillones del gobierno con los extremistas que, durante los dos últimos años, han dedicado sus esfuerzos a cargarse la Educación Pública de esta Región.

Sinceramente, tras el escándalo que supuso esto el septiembre pasado, pensaba que no consentirían jamás que algo parecido volviera a suceder. Pero, sin duda, subestimé la capacidad de López Miras y su tropa para superarse en estas lides. Les sobra de todo, menos torpeza.

Y es que no es solo el servicio de transporte lo que ha fallado en este atropellado inicio de curso. Hay más.

Una parte importante de nuestro alumnado volverá a recibir las clases un curso más en barracones. En aulas prefabricadas y aisladas, de quita y pon, indignas en un sistema educativo público que defiende la calidad de la enseñanza y de los espacios en los que esta se imparte.

Desde luego, esto es sintomático y supone una evidente declaración de intenciones. Si tenemos a nuestros niños y a nuestras niñas estudiando en barracones, la nula importancia que algunos dan a la Educación y a la formación de quienes tienen que liderar nuestro futuro, es indiscutible.

Y es que, lo más grave, es que ni siquiera creo que sea una mera cuestión de dinero, porque el alquiler de estas aulas prefabricadas cuesta un ojo de la cara. Con el acumulado de los años que algunos centros atesoran en barracones, estoy seguro que hubiese sido más barato construir nuevos espacios que permitieran a todo el alumnado estudiar en condiciones de dignidad. No hacerlo así da que pensar que es posible que en esto también haya intereses ocultos.

Pero es que esto no es siquiera lo peor. Aunque parezca difícil, hay más. La desorganización de la Consejería ha sido tal que, en diversos municipios y sin previo aviso, ha habido alumnos y alumnas que han tenido que comenzar las clases de forma telemática porque ni siquiera barracones había preparados para darles cabida.

La falta de previsión y, sobre todo, la ausencia de inversión de los sucesivos gobiernos del PP es sangrante. No construyen, no actualizan, no mejoran, no arreglan nuestros centros, aunque muchos de ellos se estén cayendo a pedazos. El abandono que sufre nuestro sistema público de educación es atroz y nuestro deber es no dejar de denunciarlo. Por justicia y porque de ello y de nuestra fortaleza depende que nuestra Educación Pública sobreviva a esta coalición de derechas y extremistas que tienen entre sus fines dejar que esta muera de inanición y desacreditarla inventando falacias sobre adoctrinamientos y vetos parentales.

Por ahora han conseguido que abanderemos todos los índices negativos de calidad de la Educación de nuestro país, que seamos quienes lideremos las tasas de abandono y fracaso escolar temprano, que seamos quienes más segregamos al alumnado en función de la renta familiar, que seamos la comunidad con más alumnos repetidores.

Cambiar esto no es tarea fácil, sin duda. Pero desde el PSOE, tenemos proyecto y toda la fuerza del mundo para seguir peleando con uñas y dientes para dotar de recursos y garantizar la calidad de nuestra Educación Pública, uno de los pilares básicos de nuestro Estado de Bienestar. Nuestro modelo lo ejemplifica a la perfección el Gobierno progresista de España, que en este año ha invertido más de 24 millones de euros en la Región para gratuidad de libros, para Educación inclusiva, para profesores de refuerzo o para digitalización, además de los recursos que han permitido abrir las aulas de 2 años en los centros públicos y habilitar plazas gratuitas en escuelas infantiles municipales. Con nuestro secretario general en la Región, Pepe Vélez, apostaremos por la igualdad y la excelencia. Ese es el camino que debemos recorrer, en dirección contraria a la que nos lleva López Miras y su gobierno extremista.

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