Aire, más aire

Despedida y cierre

Miguel López-Guzmán

Miguel López-Guzmán

«Tengo tantas ganas de trabajar como de tomar bromuro antes de dirigirme a una cita con Miss Universo», me decía a mí mismo al llegar los primeros días de septiembre. Fue al inicio del agobiante agosto cuando dependientas ilusionadas y cabizbajos autónomos colgaban el tradicional cartel rotulado: «Cerrado por vacaciones, abrimos el 1 de septiembre». Pues bien, septiembre ha llegado. Y las dependientas retiran el mencionado cartel con mística resignación y amargura. El autónomo respira profundamente al observar la calle transitada, nada que ver con aquellos solitarios viernes de julio, cuando se hacía la apenada reflexión para sus adentros: «No sé para qué abro, no hay nadie en la calle».

El verano es tiempo para la juventud, para los estudiantes, aunque ya para estos ni eso. En tiempos tan sensibles como los que discurren, no se puede suspender a un mal estudiante pues puede quedar lisiado mentalmente. No como ayer, cuando el suspenso en junio se quedaba sin vacaciones, velando junto al sufrido Rodríguez. Rodríguez doblemente castigado al tener que aguantar al zoquete que le privó de la libertad estival y le amarró al yugo de las obligaciones familiares.

Imagen 30 Opisso y la moda 5 1

Imagen 30 Opisso y la moda 5 1 / L.O.

Habrá que aprender de los chinos en sus negocios de alimentación, que de forma estoica, sin calor ni frío, apechugan cada día, como si el verano no fuera con ellos. Es cuando le solicitas una cajetilla de tabaco a deshora y piensas que se dirige a ti y le respondes con un ¿perdone?, al no darte cuenta de que habla por teléfono con la China, sin mirarte a la cara y no es contigo con quien habla, sintiéndote como un auténtico gilipollas estival.

Los acogidos en residencias de mayores celebran como pocos la llegada de septiembre, pues la visitas en agosto fueron ninguna. 

El bronceado se convierte en una especie de roña que se desprende de nuestra piel con el paso de los días, quedando así el ansiado verano prendido de una vulgar toalla. 

Todo es efímero y los veranos, aún más. Feliz regreso y mejor rutina, querido lector.

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