Tribuna Libre

¡Abajo los muros!

Al nuevo gobierno le pedimos que no cometa los errores del anterior y escuche a los vecinos. A todos. También a los que no piensan como nosotros. Porque juntos tenemos que construir una ciudad de la que sentirnos orgullosos, y en la que El Carmen tiene que jugar un papel fundamental

Puente de los peligros.

Puente de los peligros. / Juan Carlos Caval

Jerónimo Jover

La caída del muro de Berlín, hace más de 30 años, fue un hito que supuso la unificación de Europa, y un paso importante para la libre movilidad de los ciudadanos por la Unión Europea. La historia nos dejó una importante lección: llegó la hora de derribar muros y levantar puentes. Porque juntos somos mucho más fuertes.

Por eso sorprende que en este siglo XXI, los antiguos dirigentes de la Glorieta quisieran utilizar los fondos europeos para volver a cerrar puentes y levantar barreras, vistiendo de movilidad lo que no era más que aislar al barrio del Carmen.

El soterramiento de las vías, que muchos apoyamos, consiguió eliminar el muro que nos aislaba por el sur. Pero hace unos meses se empeñaron en llevar esa barrera al río, cerrando el Puente Viejo y reduciendo a la mínima expresión la entrada por la autovía. Queremos reducir el uso del vehículo privado, pero para eso necesitamos alternativas, un transporte público potente y un cambio progresivo, porque los coches no se volatilizan.

Hace unos años, Murcia dejó de dar la espalda al río con Murcia Río y el Paseo Fluvial en la zona norte del Barrio, y entendimos que era un proyecto que también tendría que llegar al lado sur, para poner en valor los Molinos, la zona frente al Cuartel de Artillería y animar a cruzar el Segura. Pero en lugar de eso, se optó por un río que nos separara, en lugar de unirnos.

Los carmelitanos luchamos y salimos a la calle decenas de veces para evitar las barreras físicas y psicológicas, y de ahí la cadena humana que unió ambos márgenes del río, porque Murcia no se entiende sin El Carmen, ni El Carmen sin Murcia.

Acudimos al Defensor del Pueblo, que dejó claro que la participación es uno de los pilares de la democracia, y a Bruselas, donde nos remarcaron que los fondos comunitarios están para solucionar problemas y no para crearlos.

Y todo lo hicimos con el aval de más de 20.000 firmas recogidas en el Barrio y miles de personas que salieron a la calle, pidiendo ser escuchados y que El Carmen siguiera siendo un lugar vivo y abierto al resto de la ciudad, con comercio y actividades. Pedimos y proponemos un ‘Modelo de Barrio y ciudad’ integrador, no solo autopistas de autobuses y bicicletas.

Parece que de nada sirvió. No nos escuchaban. No nos recibían. No nos dejaron otra forma de lanzar nuestro grito de auxilio que las urnas, donde los carmelitanos dejaron claro que quieren que su barrio vuelva a ser parte del centro, y deje de ser simplemente «el barrio del otro lado del río».

El nuestro es un barrio histórico, que aloja el primer jardín público de España, el puente más antiguo de la ciudad, la que fue la primera plaza de toros y una cofradía con más de seis siglos de historia, y queremos que murcianos y visitantes vengan a conocerlo, recorran sus calles, compren en su comercio y se sientan orgullosos del barrio más castizo de Murcia.

La promesa de abrir el Puente Viejo en los próximos días ha supuesto un hilo de esperanza para vecinos y comerciantes, y un rayo de luz al final del túnel, porque nos volverá a unir al resto de la ciudad y supondrá tirar abajo un muro que jamás se tendría que haber levantado.

Sorprende que quienes protestan ahora contra su apertura apelen al medio ambiente, cuando nada dijeron del arboricidio que ha acabado con cientos de ejemplares, o que hablen de la importancia de respirar bien, olvidando que el cierre del puente ha asfixiado al barrio y a un comercio que ha reducido su facturación en un 70%.

La realidad es que nada ha solucionado un cierre que ha traído atascos y más tiempo en el coche, cambiando avenidas por calles estrechas, y trayendo, en definitiva, más contaminación, sin que ahora existan árboles que la absorban.

Se les llena la boca con las bondades de una peatonalización que nunca existió en su proyecto, y eso lo diferencia del modelo alternativo que propusimos. Porque nosotros sí queremos más espacio real y aprovechable para el peatón, porque creemos en un plan que mejore los barrios en lugar de acabar con la vida y el comercio en ellos.

Al nuevo gobierno le pedimos que no cometa los errores del anterior y escuche a los vecinos. A todos. También a los que no piensan como nosotros. Porque juntos tenemos que construir una ciudad de la que sentirnos orgullosos, y en la que El Carmen tiene que jugar un papel fundamental.

Es momento de mirar hacia delante, tirar abajo los muros, abrir el barrio y hacer de Murcia una ciudad mejor.

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