Cartagena D.F.

La Cartagena de todos

Investidura de Noelia Arroyo

Investidura de Noelia Arroyo / Iván Urquízar

Andrés Torres

Andrés Torres

Para bien o para mal, hay que reconocerle a José López, el gran ausente en el pleno de ayer, que ha marcado una era en el Consistorio. Aquel solitario concejal de MC Cartagena en el mandato de 2011 a 2015 ya la liaba en las sesiones plenarias con su verbo subido de tono y sus desprecios hacia sus compañeros de bancadas, en especial, hacia los del PP y con un ahínco exacerbado contra la alcaldesa Pilar Barreiro, a la que denunciaba ante los micrófonos y en los juzgados un día sí y otro también.

Esa estrategia de denigrar al PP y a Barreiro le dio resultado, hasta el punto de que acabó con la racha de cinco mayorías absolutas de la exalcaldesa, que en las elecciones municipales de 2015 fue la más votada, pero sin mayoría. Barreiro dimitió, pero no pudo evitar lo inevitable. El que se llamó pacto de la servilleta, entre PSOE, MC y Cartagena Sí Se Puede le arrebató la alcaldía a los populares. Socialistas y cartageneristas se turnarían dos años cada uno en ese mandato. Pero el ‘matrimonio político’ de Castejón y López resultó muy mal avenido, hasta el punto de que la del PSOE expulsó a MC de aquel gobierno de coalición y acabó el mandato con una minoría de seis concejales.

Las malas formas, insultos y agravios hacia los ediles de partidos contrarios siguieron encumbrando a López, que fue la lista más votada en 2019, aunque sus enemigos correspondieron a sus lindezas con un ‘pacto imposible’, PP, PSOE y Cs, que volvió a dar lugar a un gobierno por turnos y lo dejó con dos palmos de narices.

El salón de plenos del Ayuntamiento vivió ayer una especie de Dejà vu. Como si se remontara a aquel año 2015, con el PP con aquellos mismos 10 concejales de hace ocho años, pero que esta vez sí fueron una minoría absoluta para reelegir a Noelia Arroyo. Se acabaron los gobiernos a turnos, los pactos rocambolescos en servilletas y las alianzas imposibles. Se acabaron los chantajes y los repartos de sillones. Y, sobre todo, se acabó la enemistad entre quienes amamos a una misma tierra. Arroyo preside nuestro Ayuntamiento, pero empujar por el bien de Cartagena es cosa de todos, también del MC.

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