Las fuerzas del mal

La última llamada

Enrique Olcina

Enrique Olcina

Yo había empezado a escribir este artículo avisándome que no respondía del futuro, porque del miércoles al domingo podría suceder cualquier cosa, desde que Feijoo volviera a no darse cuenta que le habían cambiado el avión al nunca bien ponderado meteorito. Quiero decir, otro meteorito aparte del que sirvió María Marín en el debate de La 7. Bueno, a Pepe Vélez le ha salido un orzuelo en la lista en forma de candidato investigado por compra de votos, Antelo ha dicho que no le van a doler prendas de enviar el PP a la oposición, que junto con lo de María Marín sólo ha faltado que, a efectos de campaña, a López Miras le sirvan la cabeza de Juan el Bautista en una bandeja. Y eso sin que haga mucho, menos aún bailar esa danza de siete velos que es una campaña tan frenética como la de sus oponentes. Que estoy seguro que nadie ha comparado al rotundo lorquino, en el seguro asiento de su púrpura, con una hierática Salomé.

Desde el viernes lo que sí me dice la previsión del tiempo es que en domingo va a caer la mundial y habrá votantes que, visto el panorama antedicho, añadido a otras razones, seguramente válidas, no tienen a quien abrazarse hasta que la lluvia escampe. Este mayo que es un abril que ha entregado tarde la tarea ha tenido incluso la consideración de no hacerle a nuestra particular Salomé un estropicio en el Mar Menor, con lo que es posible que no haya tanta urgencia de salir a abrazarse a la urna, ofendidísimos, quizás, por lo de María o lo del número 19 de Vélez, que destaca tanto como una mosca comiendo mierda atrapada en el ambar de la lista inamovible.

El domingo parece que va a ser un día de lopezmigas, ruleras o de pan, mientras te quedas mirando la lluvia. O no. Depende de tí, querido lector, o querido amigo de lector al que le han compartido este artículo. La lista para quedarse en casa es la campaña reguleras y que el CEMOP, total, ya ha dicho que el pescado está vendido. Y la consabida que no te representa ningún partido. A mí tampoco, no del todo y aquí estamos. Tú en casa con tu melancolía tan petite bourgeois y yo votando como un iluso, o como un convencido. O como las dos cosas. Lo que salga de aquí no es culpa nuestra pero sí nuestra responsabilidad. La lista para salir a bailar bajo la lluvia es más larga: Sanidad, Educación, Movilidad, Igualdad, Libertad, Diversidad, Ecología. También el anhelo de salir de los últimos puestos de todo índice de desarrollo. Que conseguir una pole digna en algo que merezca la pena para esta nuestra millor terreta del món, en el idioma original del slogan lopezmiguista, no es únicamente el deseo de Fernando Alonso.

Mientras López Miras parece imbuido del espíritu de Esperanza Aguirre o la Cólera de Dior, impoluto todavía , que te preguntas si hacen un curso de escapismo en Génova, recuerdo que contaba Ana Belen que escuchó en un aeropuerto tras infructuosas llamadas a los pasajeros con destino a Miami, la última locución irritada e irónica, que dijo «Pasajeros con destino a Miami ... ¿se van, se quedan, o qué?».

Pues eso ¿te vienes, te quedas o qué?

Suscríbete para seguir leyendo