La Feliz Gobernación

El leve peso de la corrupción

El expresidente de la Comunidad Pedro Antonio Sánchez, durante su intervención en una de las sesiones del juicio del caso Auditorio.

El expresidente de la Comunidad Pedro Antonio Sánchez, durante su intervención en una de las sesiones del juicio del caso Auditorio. / Juan Carlos Caval

Ángel Montiel

Ángel Montiel

Pedro Antonio Sánchez, el presidente de la Comunidad que nombró en su día a dedo al actual y candidato en estas elecciones, Fernando López Miras, tiene un pie dentro de la cárcel y otro fuera, a la espera de que el Supremo resuelva su recurso sobre el ‘caso Auditorio’. Y de camino le viene otro juicio por el ‘caso Guardería’. Ramón Luis Valcárcel, el hiperlíder del PP desde mediados de los años 90, ha recurrido la fianza de más de 74 millones de euros impuesta por el juzgado que investiga el ‘caso desaladora’, en el que tiene una petición de condena de cárcel realmente abrumadora. Mezcladas con las noticias de la campaña electoral han aparecido estos días otras relacionadas con la investigación sobre presunta corrupción reiterada en el Puerto de Cartagena, un caso que hace pocos meses obligó a la dimisión de la titular de la Autoridad Portuaria, Yolanda Muñoz, de la máxima confianza del presidente de la Comunidad, quien la designó. 

Bien, ¿y de qué estamos hablando hoy, en la jornada de reflexión electoral? ¡De la corrupción del PSOE por la compra de votos! En el mitin en Murcia de cierre de campaña del PP, Feijóo se puso estupendo al respecto al exigir que Sánchez (el presidente nacional, no el expresidente regional) ofrezca explicaciones y tome medidas. Lo decía un gallego, que fue presidente de una de las Comunidades donde hay más voto cautivo y que se presentó a las últimas elecciones sin mostrar las siglas del PP porque estaban tiznadas por la corrupción. 

No creo necesario insistir en la reacción que ha de provocarnos cualquier intento de fraude electoral (me remito a mi artículo de ayer), pero veamos el caso en su verdadera dimensión: en la Región se limita a Albudeite, una población de poco más de mil habitantes, desgraciadamente olvidada, una de esas zonas tipo westerm de las que sólo se habla por alguna extravagancia ocasional, y punto pelota. El otro caso sospechoso se refiere a Mazarrón y tiene al PP de presunto protagonista. Pero si vemos la tele, la referencia en grueso es «candidatos del PSOE detenidos en Murcia por compra de votos». Es literalmente exacto, pero la literalidad es cosa de los testigos de Jehová o de ciertos lectores del Corán.

Ahora va a resultar que el PSOE, que lleva más de veinte años sin picar bola, es el protagonista de la corrupción en la Región de Murcia cuando la superestructura del PP que precedió a López Miras está a las puertas de chirona. Pero, de pronto, el mundo es Albudeite.

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