El prisma

Comparar promesas y realidades

J. L. Vidal Coy

J. L. Vidal Coy

Promesas que serán incumplidas y otras que nadie recuerda si se realizaron. La ciudadanía, votante o no, tiene muy difícil comprobar cuál es la realidad de los mensajes que los partidos difunden en campaña. La fórmula para que recuperaran credibilidad es sencilla. Al menos si los gobernantes aspiran a seguir siéndolo. Simplemente, repasar los programas electorales de hace cuatro años y comprobar qué cosas se cumplieron y cuáles no. Las que sí lo hicieron, ver cómo funcionan. Las que no, explicar por qué no se pudieron concretar. Solo con eso se sabría cuál ha sido el nivel de quienes han mandado y quieren seguir haciéndolo.

Si lo anterior fuera de obligado cumplimiento, habría menos promesas insensatas y de gastos faraónicos. Y sería más fácil decidir qué papeleta meter en la urna cuando hay que votar.