La Feliz Gobernación

La última fechoría de Ciudadanos

Es imposible reilusionar a los desilusionados si ni siquiera se les facilita el desahogo de la causa de su desilusión

Ángel Montiel

Ángel Montiel

¿Cuándo se equivocó Ciudadanos? ¿Cuando, haciendo caso omiso de sus promesas electorales pactó con el PP aunque esto conllevaba a su vez hacerlo con Vox, o cuando, dos años después decidió amigarse con el PSOE, a pesar de saber que su Grupo Parlamentario, el de Cs, estaba minado por desavenencias personales?

La respuesta es que se equivocó las dos veces. La primera, por traicionar sus compromisos, todavía frescos, pues se habían emitido tan sólo unos días antes del pacto con el PP; la segunda, porque a esas alturas de la legislatura algunos de los representantes institucionales del partido ya sólo atendían a los compromisos con sigo mismos.

Pero interesa saber, aparte de lo que todos sabemos, qué opinan al respecto los actuales responsables de ese partido: cuál es su análisis, hasta donde alcanza la autocrítica, dónde localizan sus errores y hasta dónde llegan sus propósitos de enmienda. No pueden volver a presentarse a las elecciones sin dar cumplidas explicaciones, como si aquí no hubiera pasado nada, como si no hubieran dilapidado la confianza que depositaron en ellos los electores murcianos, que les dieron la llave del Parlamento regional para que hicieran lo que habían prometido explícitamente. Esto de hacer el Borbón («¿explicaciones de qué?») no invita a que se les restituya el afecto del que un día disfrutaron.

Para empezar desde cero hay primero que resolver la cuestión de confianza y eso exige sincerarse con los electores, pues de otro modo éstos pueden legítimamente sospechar que se la volverían a dar con queso. La respuesta está en las encuestas, que coinciden en otorgar cero diputados al partido que en 2019 obtuvo seis.

Es una pena por María José Ros, una candidata muy competente y entregada, pero que no puede hablar del pasado de su organización política. Sin esclarecer el pasado no hay futuro. Es imposible reilusionar a los desilusionados si ni siquiera se les facilita el desahogo de la causa de su desilusión.

La última fechoría de Cs va a consistir en quemar a una candidata que en otro partido y otras circunstancias constituiría un valor añadido. Campo de cenizas.

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