De vuelta

Negacionismo y Aprovechismo

Santiago Delgado

Santiago Delgado

U n viejo adagio liberal decía: «La patria es el último reducto de los canallas». Hoy, podemos decir: «El cambio climático es el último reducto de los autócratas».

Yo no soy negacionista del Cambio Climático y del Calentamiento Global. Soy negacionista de su uso para tiranizar y esclavizar a la sociedad libre de este planeta, arrebatándole su prosperidad, conseguida tras milenios de lucha. Creo que en el clima todo es ciclo, sin que nos sea dado conocer su temporalidad. Ciclos fueron las glaciaciones y ciclo conoció el Sáhara, que fuera húmedo y fluvial en tiempos.

Soy negacionista del Aprovechismo, o tarea de aprovechar la crisis cíclica del clima, que siempre la hubo, para derribar pantanos o imponernos la ciudad de los 15 minutos. Soy negacionista de que toda cortapisa a mi libertad venga basada en unos dogmas que están lejos de ser unánimes y libres por parte de la comunidad científica mundial, que no es únicamente la que apoya, sin rebartirlas, las teorías catastrofistas del CO2 y similares.

Soy negacionista a que se silencie la aportación de gases invernadero de los volcanes a la atmósfera. Siempre hay un volcán ‘de guardia’ expulsando porquería polucionante. Soy negacionista a que se me imponga, el mantra: «Obedece, que si no, serás culpable del final de la Tierra», consigna de la subordinación impuesta al pensamiento único apocalíptico. La ciencia es diversa. La ciencia empírica más. Obedece al modo de adquirir datos y a su cuantificación.

Soy negacionista a que no explique nadie cómo interfieren las manchas solares en el clima terráqueo. Soy negacionista a que nadie explique el comportamiento de las corrientes del Niño y de la Niña por los complejos movimientos del planeta y de sus interferencias múltiples entre sí. Soy negacionista a que se excluya el ciclo, como factor temporal en las mediciones de clima (véase la evolución de la capa de ozono en los polos). Y se tenga todo por fatal y apocalíptico. Soy negacionista a que se pueda atribuir en exclusiva a la especie humana el cambio del clima. El CO2 androgénico apenas sobrepasa el 5% del total. Y el CO2 es necesario para la vida vegetal de la Tierra. Y soy negacionista a que se convierta en político un veredicto científico de parte.

Por supuesto que hay que cambiar costumbres nocivas ambientales, mantenidas secularmente, tanto en el comportamiento colectivo como individual. Y que hace falta una educación ecológica (no ecologista); pero como deber moral, no como castigo ante una culpa, que es cósmica, no humana. No somos culpables del actual ciclo climático, y tampoco podemos hacer nada por cambiarlo. Pero intentarlo es un deber moral, no un deber político punible con las leyes.

Todo es permitido por parte de las autoridades con vocación autocrática, si se ampara bajo el paragua de la Religión Climática. Incluso el de conculcar la democracia, culmen de la obra humana sobre el planeta. Nada hay superior a la democracia. Y ésta tiene como finalidad lograr la prosperidad de los ciudadanos. Cuanto más se rasguen las vestiduras por lo que dice este hereje climático, más estarán demostrando su neofascismo globalista.

¡No al Aprovechismo!

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