Punto de vista

Oficinas rápidas en tiempo de elecciones

Francisco Saura Pérez

El pasado 19 de febrero tuvimos noticias de la creación de una oficina rápida en la dirección general de Medio Ambiente para resolver los expedientes administrativos en seis meses. De esto queremos hablar en este artículo que arranca con tres premisas previas a la opinión que nos merece la nueva campaña mediática de la consejería de Medio Ambiente, Mar Menor, Universidades e Investigación, en relación a la creación de esa oficina rápida para acelerar las autorizaciones ambientales.

La primera de ellas afirma que las consejerías y servicios que han ostentado las competencias en medio ambiente de nuestra Administración regional, nunca han estado dotadas suficientemente de recursos técnicos y humanos. Desde 1983 siempre se ha parcheado deficientemente lo que había.

La segunda es que ningún recurso a externalizaciones, empresas especializadas subcontratadas o asistencias técnicas han resuelto el dilema de compatibilizar actividad económica y protección del medio ambiente, que permitiera la implantación y desenvolvimiento sin demoras de inversiones e inversores en nuestra Región. 

La tercera y última es que volvemos a vislumbrar la mano de la Confederación de Organizaciones Empresariales de Murcia (CROEM) en la propuesta de externalizar la gestión medioambiental.

La nueva apuesta de la Consejería por una contrata externa para agilizar la ‘burocracia’, ese término del lenguaje que recibe todos los ataques posibles de políticos neoliberales y empresarios sin que en puridad se sepa bien, o no se quiera saber, de qué se está hablando. En palabras de Innerarity, la burocracia son protocolos, procedimientos, es decir, «formas de decidir que tienen un carácter previsible, calculable, no arbitrario ni improvisado». Y en el caso que tratamos, la protección de recursos comunes de la sociedad como es el medio ambiente, prevalece el interés general sobre el particular. Por mucho que les pese a los políticos de turno que nos gobiernan, no hay atajos administrativos. 

Continuando con Innerarity, en su obra Una teoría de la democracia compleja, defiende que «hay bienes comunes que solo se pueden asegurar articulando medidas inmediatas a largo plazo: el medio ambiente, la paz, la estabilidad institucional, la sostenibilidad en general». Se trata de «recuperar el porvenir». 

La pregunta resulta obvia: ¿el nuevo plan de la Consejería de Medio Ambiente, Mar Menor, Universidades e Investigación para agilizar la implantación de nuevas empresas en nuestra Región, que respeten la naturaleza y su herencia intacta a nuestros descendientes va a servir para algo, o es fuego de artificio preelectoral? Los hechos, si los hay, nos responderán. No obstante, las intenciones no parecen ser halagüeñas.  

Según se nos informa, la ‘oficina rápida’, que se pondrá en marcha entre Semana Santa y el verano, será la que se encargue del papeleo dejando en manos de los funcionarios las potestades públicas de decisión. Muchos nos tememos que ese personal externo, que dependerá de una contrata externa y que costará 300.000 euros al erario público, desconocerá los detalles del procedimiento administrativo, de la materia y de las singularidades de la documentación a recabar, que es lo que ha ocurrido siempre que la consejería competente ha recurrido al sector privado. Es posible que en algún momento futuro, los responsables políticos de la consejería, y los empresarios, lleguen a vislumbrar la complejidad de la legislación medioambiental estatal y regional en un entorno de derecho administrativo (y la razón por la que los primeros están ahí, ocupando cargos públicos derivados de la voluntad popular). No parece que este sea el momento.

Donde resulta más significativo la voluntad de parcheo y de llegar a las elecciones con fuegos de artificio es con el recurso a la contratación por acumulación de tareas de seis ambientólogos y tres auxiliares administrativos, para reducir drásticamente los expedientes sin resolver. Es sabido para que se utiliza el tipo contractual de acumulación de tareas: para momentos puntuales de exceso de demanda o de acumulación de procesos. Nada que ver con los procedimientos altamente especializados que realiza el personal de la Dirección General de Medio Ambiente, y que requieren de un periodo de aprendizaje y de transmisión intensa de conocimientos dentro del servicio concreto.  

La Consejería de Medio Ambiente, Mar Menor, Universidades e Investigación ha comenzado ya la campaña electoral y no lo oculta. Vuelve a tirar de viejas obsesiones fracasadas como la de la colaboración público-privada, invita de nuevo a la CROEM a participar en el ‘negocio’ de la naturaleza y vuelve la espalda a las demandas de la ciudadanía de una protección eficaz del medio ambiente, un bien común que debemos a las generaciones futuras. Todo lo demás sigue siendo puro marketing electoral. 

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