Tribuna libre

La ciudad para el peatón, el nuevo paradigma

Ilustración de Leonard Beard

Ilustración de Leonard Beard

Joaquín Contreras Ribera

Por mucho que a algunos les duela, este es el nuevo concepto de ciudad que está llegando a gran parte de la sociedad occidental, para superar el modelo de las grandes urbes en el que el ciudadano vive sometido a un ritmo de vida apresurado envuelto en un casi anonimato y con una vida ligada inevitablemente a la cadena de la producción, la comercialización y el consumo, en la que la calidad de vida social ha perdido vigencia o ha quedado limitada a los fines de semana, si es que somos capaces de liberarnos de tan apresurado ritmo, o a los periodos vacacionales. 

Se trata de una nueva ciudad para el peatón que haga posible un nuevo estilo de vida a escala humana sin los cientos de desplazamientos de las grandes ciudades por motivos laborales o de acceso a servicios que exceden la dimensión del barrio en que habitamos y que nos ligan obligatoriamente al automóvil como tabla de salvación.  

La otra ciudad construida con muchos edificios y muchas infraestructuras concebidos para vivir, trabajar y ocuparse poco del tiempo en sí mismo y con el espacio físico consumido esencialmente por los vehículos individuales y dejándole al ciudadano poco lugar para organizarse e intervenir en la ciudad, pues en la práctica no deja de ser sólo lugar de paso del espacio habitación/dormitorio al de trabajo, debe ser superada. Aquella ha de dar paso a la nueva ciudad para que llegue a ser lugar de encuentro, lugar de vida, en la que tengan cabida actividades culturales, recreativas y comerciales en las que el centro sea el ciudadano desligado del coche, que hasta ahora ha sido el elemento alrededor del cual giraba todo. 

Este nuevo modelo de ciudad no es una utopía irrealizable y ya existe en otros lugares de Europa y de nuestro propio país y se han convertido en ciudades amables y saludables libres de la principal fuente de contaminación proveniente de los tubos de escape de los coches, como Murcia con una atmósfera realmente irrespirable en algunos momentos del día.  

En febrero de 2021, en Cartagena Piensa, nos lo explicó Carlos Moreno, urbanista y asesor de la alcaldesa de París; pero antes, en diciembre de 2020, Ibon Areso, alcalde de Bilbao, en un foro celebrado en Murcia sobre recuperación y transformación urbana a propósito del Soterramiento, le dijo al alcalde Ballesta: «El coche es insaciable; si le doy más vías se saturarán igual», y añadió: «Lo primero que hay que tener claro ante este tipo de cambios es que hay que convertir un problema en una oportunidad». Los arquitectos venidos desde distintos ámbitos de España (Ibon Areso, José Mª Ezquilaga, Enrique Bardají, Francisco Burgos) rechazaron la propuesta de Ballesta porque su proyecto Conexión Sur «es poco ambicioso en la reducción de tráfico», entre otros déficits. 

Está claro, es evidente: el coche, ese ídolo que se ha apropiado de todo el espacio público de las ciudades ha de ceder su prevalencia a favor del peatón y del ciudadano de la nueva ciudad amable y sostenible que hemos de hacer posible. 

El gobierno municipal actual, aprovechando los fondos europeos Next Generation, ha abordado un Plan de Movilidad Urbana que ya tuvo entre manos José Ballesta desde 2019 pero que nunca puso en marcha. La puesta en marcha de este Plan ha levantado quejas de un colectivo de comerciantes del Barrio del Carmen (Cierran mi Barrio) en defensa de unos intereses corporativos lícitos y de unos hipotéticos perjuicios a sus negocios supuestamente derivados de la propuesta de limitación del uso del coche privado por las calles del Barrio en la forma como se ha venido utilizando hasta hoy, con miles de vehículos privados de otros barrios y pedanías de la ciudad que utilizan el viario carmelitano en ese pendular viaje de la casa al trabajo y del trabajo a casa sin detenerse tan siquiera en su travesía y sin dejar nada en nuestro barrio más que la contaminación de sus tubos de escape, por no utilizar las rondas de circulación periférica de la propia ciudad. 

No quiero avanzar sin referirme a la falta de pedagogía y de método adecuado de comunicación del equipo de gobierno municipal para haber implementado semejante cambio, por muy necesario que es y por muy recomendado y financiado que sea por parte de Europa. La información no ha sido vertida convenientemente y la participación no se ha gestionado como era exigible y ello ha dejado la iniciativa social a un colectivo corporativo y casi gremial alentado por partidos de la oposición que han encontrado en ello la forma evidente de una precampaña electoral encubierta con intereses de partido, alejados de los intereses generales de la ciudadanía. Pero información ha habido a través de los medios de comunicación y actos institucionales desarrollados ex profeso en barrios y centros municipales, y quien no se ha ‘enterado’ es porque no se ha interesado, incluidos quienes han organizado las quejas y manifestaciones públicas en uso de los derechos democráticos de manifestación y expresión constitucionales, pero que en absoluto les permite creerse depositarios y pretender ostentar la voz de toda la ciudadanía. 

Hay muchos ciudadanos que no se encuentran representados en esta que ha sido la casi única voz pública y no se encuentran representados por Cierran mi barrio ni por sus lemas falsos e interesados; porque nadie va a cerrar ningún barrio y cada día se hace más necesaria la ciudad para el peatón frente a la ciudad para el coche; y un buen Plan de Movilidad Sostenible se hace cada día más necesario. 

«Convertir un problema en una oportunidad», me permito retomar esta consigna de Ibon Areso como hice en aquel mismo momento (La Opinión, 8 diciembre 2020, La ocasión para una nueva Murcia) y apuesto porque esta sea la oportunidad para una nueva Murcia más a la medida del hombre y la mujer de nuestros barrios, en la que sea posible pasear sin miedo por las aceras y los lugares libres de contaminación. Y me permito animar a la ciudadanía a que no se deje manipular por nadie y que utilice la información seria y directa que cuelga de las sedes y las web de la Administración municipal, alcaldías de barrio, juntas municipales, asociaciones de vecinos. En donde puede pedir ayuda o presentar sus demandas y sus quejas, si procede. 

Doy fe de que cada día están surgiendo otras voces que quieren hacerse oír y sin duda lo van a hacer por el bien de la ciudad saludable que Murcia debe llegar a ser.

Suscríbete para seguir leyendo