Achopijo

Brad Pitt

Yayo Delgado

Yayo Delgado

Moby me recuerda a Mallorca al atardecer. Yendo al bar El Cielo a sentir la sal sobre los hombros mientras se escondía el sol y los aviones pasaban rozándonos con sus barrigas cada tres minutos. En los años buenos. Los Beatles me recuerdan a los exámenes de la carrera. Esta semana he estado en Águilas. Qué maravilla. Qué ciudad. Qué luz. Qué mar. Qué movimiento. Parecía la Costa Azul en una película italiana de esas en las que la gente aplaude rápido y sonríe mientras corre comprando verduras. De camino, salieron buenos temas en la música del móvil, cuando no tocaba conversación de laburo. Y salieron tres temas de los Beatles. Y con el sol entrando por la ventana, recordé mi ruta pamplonica hacia los exámenes en la universidad. He sentido los nervios de los repasos nocturnos, he visto las cuartillas dobladicas y numeradas con los resúmenes en diferentes colores de bolis Bic. Casi que he llegado, gracias a ésa música bendita, a la misma puerta del recuerdo de lo que me pasé estudiando algunas semanas al año durante cuatro cursos, que se perdió en algún lugar del cerebro. Ahí estará, supongo.

Aprendemos las cosas en macroexperiencia. Es evidente. Un día supe hacer derivadas. Cuando ahora veo las libretas de Guille (14) me quedo obnubilado. ¿De verdad sabéis hacer esto? Pero supimos, y ahí están, en alguna parte. Pensamos en muchas cosas importantes en la vida, pero creo que cuando empezamos de verdad a preocuparnos por la memoria es cuando ya estamos doblando el pico esquina sobre el que no vamos a poder volver. Con lo que me gusta la nostalgia buena, querida lectora. Querido lector. La memoria que hemos perdido. Pero el lado bueno de la cosa es que seguimos aprendiendo. A pesar de olvidar tantísimas cosas. 2016, le digo. Dígame algo de 2016. Madre mía. Para saber qué pasaba en 2016 debería pararme un buen rato y solo buscando referencias sería capaz de decir un par de cosas. Por supuesto sin mirar el móvil. El último chiste del New Yorker me ha parecido espléndido. Dos marcianos sobrevuelan la calle, pero nadie les hace puto caso porque anda todo el mundo en su lucecita del móvil. Agrandamos las fotos con los dedos en los libros. Nos han jodido.

Hablando de lucecitas del móvil. Carlos Areces va ganando en 2023 en todo con su monólogo sobre los hijos de puta que abren el móvil en el cine. Bueno, que lo encienden. Que lo miran durante una película. Ahí debemos estar todos de acuerdo, incluidos los hijos de puta que lo hacen y que ahora se subirán a este barco. Así somos, de subirnos al barco. Cada vez más. Es mitad de enero de 2023 y los coches no vuelan. En el mundo pasan cosas feas, pero estos días todos estamos de acuerdo, y en esto no hay barco al que subirse, en que Brad Pitt es el principio y el final de todas las cosas. No sé si nos iremos a la mierda, pero hemos tenido a Brad Pitt. Disfruten el día, que lo vamos a olvidar. Vale.

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