De vuelta

Sánchez, hacia la democratura (1974)

Santiago Delgado

Santiago Delgado

Toda democracia verdadera es 1+1+1; es decir: Ejecutivo + Legislativo + Judicial. Todos ellos con su campo de acción, pero todos bajo la ley. Sánchez quiere cambiar el algoritmo. Lo desea 1>(1+1); es decir: Ejecutivo mayor que Legislativo más Judicial. O sea, que la democracia torne democratura. Y con el tiempo, en dictadura, en la que el algoritmo de Montesquieu (1+1+1) sería sustituido por un único digito: 1. Sólo el Gran Timonel, el Conducator, el Caudillo, el Führer. Estamos en el camino. Sánchez, líder único.

No son palabras extremas, o no lo son más que lo son algunas enunciadas por socialistas de siempre, exministros y socialistas de toda la vida, menos ahora. Muchos de ellos me superan en radicalidad.

El pasado lunes, fue el Tribunal Constitucional quien salvó la democracia. Quien se quería cargar la democracia era Sánchez, con dos párrafos decontextualizados al final de un texto legislativo impresentable. El objetivo era laminar dos leyes orgánicas fundamentales para la separación de poderes. Y ello, en una ley cuya misión no es otra que exculpar convictos.

Por cierto, ya no es un gobierno Frankenstein. Es un gobierno total, no parcialmente, frankensteinizado. Ya no hay partes diversas y enfrentadas. Hay un solo gobierno, que legisla a favor del algoritmo 1>(1+1); es decir: E mayor que L y J. El legislativo es omnímodo. Nadie le debe contrarrestar en nada. La soberanía popular lo es todo. Nada de soberanía nacional. Ellos, los fagocitados por Frankenstein y los otros, quieren soberanía popular. Y el pueblo son, y serán siempre, ellos, naturalmente.

La democracia son formas. No son contenidos de los que sólo nutre el Ejecutivo, con el legislativo borreguizado o recogiendo nueces. La democracia es el algoritmo de Montesquieu unido por el cemento de la ley. Si no hay ley, o ésta se encuentra secuestrada por un Ejecutivo sin cortapisa alguna, estamos, ya se dijo, bajo mínimos democráticos, como en 1974. Con el Poder Judicial tezanizado, todo será posible: obligación de todos los medios de conectar a las 14,30 con el Diario Hablado o con el Aló, Comandante. Y el NODO, y los comisarios de comunidad de vecinos. Un Tribunal Constitucional con el yugo de ultraizquierda en el cuello archivará todas las protestas sobre las elecciones. Ya hay quien augura cortes inesperados de luz, mientras se computan electrónicamente los votos. Y eso, ya me entienden.

Muy pronto, mediante una ley de mayoría no cualificada para ello, toda la Justicia será sanchista. Y habrá empezado el final de todo. No creo que las elecciones puedan resolver esto. El aspirante a Conducator tiene todo bien controlado. Lo del lunes en el TC ha sido un contratiempo. Para la Candelaria, todo resuelto. La Justicia a sus pies. Lo veo imparable. La arrogancia mussoliniana de Sánchez, el jueves pasado ante Feijóo y ante el rey en el tren a Murcia lo deja bien claro: todo el poder para los soviets.

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