La Opinión de Murcia

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José Luís Álvarez Castellanos Rubio

Impuesto a la riqueza

En otro acto vergonzoso de frivolidad política, que no deja de ser su sello de identidad, López Miras se apunta también a la eliminación del Impuesto de Patrimonio. No conforme con regalar a las rentas más altas de la Región más de 150 millones anuales en diversas bonificaciones y rebajas fiscales, ahora quiere añadir 27 millones más de este impuesto a la cuenta de los 4.454 murcianos/as más ricos que acumulan un patrimonio de 16.212 millones y por el que tributan una media de 6.669 euros al año (2020) a un tipo real del 0,17% cuando la escala de gravamen está entre el 0,24% y el 3%.

La derecha justifica estos regalos fiscales aduciendo que estimulan la economía y el empleo. Sin embargo, ningún dato sustenta esta teoría, más bien lo contrario, generan más desigualdad. Así, por ejemplo, los 4.384 millones de incremento patrimonial (+37%) que tuvieron en conjunto los declarantes del IP durante el periodo de recuperación económica de la crisis anterior (2015-20), incluido el primer año de pandemia en el que acumularon casi 800 millones más, se concentró en un 94% en adquisición de acciones y participaciones y en adquisición de bienes inmuebles, nada que ver con la inversión directa que dinamice la economía y consiguientemente el empleo.

Esta minoría rica, declarante del Impuesto de Patrimonio, poseía en 2015 el 41,6% del PIB regional (11.865M), en 2020 alcanzó el 54%. En ese mismo periodo los salarios más bajos estaban todavía recuperándose del recorte sufrido, cosa que no harían hasta 2018.

Así que, sí, el Impuesto de Patrimonio hay que suprimirlo; pero para sustituirlo por un impuesto a la riqueza y las grandes fortunas eficaz y justo, cuya tributación alcance en una escala progresiva el tipo medio real del 1,5% del patrimonio total, lo que supondría una recaudación de algo más de 200 millones que podrían inyectar una financiación sustancial a las políticas sociales o de fomento del empleo en nuestra Región.

Un impuesto plenamente justificado con el mismo argumento que Mariano Rajoy utilizó para recuperar el actual Impuesto de Patrimonio en 2011 después de que fuera suprimido por Zapatero tres años antes: «Las circunstancias actuales y los efectos de la crisis económica hacen necesario el restablecimiento efectivo del Impuesto sobre el Patrimonio, de tal manera que quienes más tienen contribuyan en mayor medida a la salida de la crisis».

Supongo que López Miras estaría de acuerdo.

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