Opinión | Mamá está que se sale

Elena Pajares

Las hogueras de San Juan

No sé si te he dicho, lo menos mil veces, que yo soy de Alicante. Llevo en Murcia creo que más del doble del tiempo que viví en Alacant, pero vine al mundo allí, y eso no lo cambia nadie.

Cada vez que paso por delante de la Clínica Vistahermosa, donde nací, se lo digo a mis hijos, me da igual que se rían. Y al pasar por el scalextric, el paso elevado de la Avenida de Denia, siempre cuento seis balcones, desde abajo hacia arriba, para ver la casa con toldo naranja, entre la playa del Postiguet y el Monte Benacantil con el Castillo de Santa Bárbara, donde vivíamos en Alicante. Iguálamelo.

Yo es que, cuando veo mi casa, recuerdo la canción de Serrat. Porque verdaderamente, vivíamos «en la ladera de un monte/ más alto que el horizonte/ quiero tener buena vista. /Y cerca del mar, porque yo/ nací en el Mediterrráneo».

Pero si hay algún día en el año que soy alicantina, es hoy, San Juan. El día de la cremá. Da igual donde esté o qué esté haciendo este día. Yo me acuerdo todo el tiempo de Alicante en Hogueras.

Me acuerdo de ir por la Explanada con mis padres, con todo invadido por las Belleas y los foguerers de todas las Hogueras, yo también vestida de alicantina, participando de los desfiles con nuestra Hoguera, la de Benito Pérez Galdós. O cuando en otro pasacalles encarábamos la Rambla, ensordecedora, con cuatro o cinco filas de sillas a cada lado de la calle, llenísimas de gente, con música, palmas, pitos... De verdad, algo impresionante para una niña de diez años.

Bueno, es que quizá no te he hablado de cuando éramos foguerers en la Hoguera de Benito Perez Galdós. Aquel último año de estar en Alicante, mi hermana Belén fue una de las Damas de Honor, o su nombre equivalente, de la Bellea, y yo fui Bellea Infantil, aquí donde me ves. Hasta mi padre, que era foguerer, desfilaba con nosotras por todo Alicante.

Esa semana de Hogueras empezábamos cada día con la despertá: Una traca atronadora a las ocho de la mañana. Nunca me han dado miedo la pólvora ni los petardos, será cosa de haber nacido allí. Porque recuerdo cómo me gustaba verlos saltar, y sentir cómo te retumbaban dentro, cómo te vibraban los huesos de la tronaera, que diríamos aquí en Murcia. Y luego el olor a pólvora que se quedaba en el aire.

Además, como Bellea Infantil, tuve el honor de encender la traca que prendería fuego a la hoguera pequeña, y de verla en primera fila deshacerse entre las llamas. La hoguera infantil y su cremá es más doméstica y comedida. Estuvimos bailando alrededor del fuego, y vimos con pena y alegría cómo los últimos elementos de su estructura se derrumbaban y se consumían. Era curioso ver a los ninots derretirse y deshacerse, con lo bonitos y vistosos que eran, cinco minutos antes.

No tuve ocasión de presenciar, a lo temerario, ni la cremá de nuestra hoguera, ni la de la Hoguera del Ayuntamiento, que solía ser espectacular, ni tampoco de gritarle groserías a los bomberos para que nos mojaran con el agua. Ya me habría gustado. ¿Qué si a la gente de Alicante le gusta que los bomberos les mojen al apagar las Hogueras? Madre mía. A los alicantinos, si quieres verles enloquecer, ponles a mojarse en la cremá en una hoguera, y bañarse después en el Postiguet.

La noche de San Juan hay que pasarla como se merece. Ya sabes que empieza el verano, adiós al frío, pero, sobre todo, esta noche quemamos lo malo y encaramos con optimismo el buen tiempo y los buenos presagios. San Juan tiene eso, que anuncia lo bueno ¿Sabías que el primer nombre que oye una chica el día de San Juan será el de su marido? Pues sí. Una pena haberlo sabido ahora, yo también acabo de enterarme.

Si tienes ocasión, ve hoy a Alicante, aprovecha y mira por última vez las hogueras de cada barrio antes de la cremá, y cuando notes olor a pólvora, ya sabes, no es el solsticio ni es el buen tiempo. Son les fogueres de Sant Joan las que dicen que hoy ya es verano.

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