La Opinión de Murcia

La Opinión de Murcia

Nuestro mundo

Lo que se lleva ahora en política: quítese el muerto de encima y diga que la cosa es de otro

Una finca agrícola en producción frente al Mar Menor. IVÁN J. URQUÍZAR

Hace unos días, tras volver los peces muertos a las orillas del Mar Menor, hemos asistido al tradicional rifirrafe político de echarse las culpas entre Administraciones. Como novedad, el espectáculo viene aderezado por la última moda de nuestros políticos: declararse ‘no competentes’, aunque su propio ordenamiento jurídico (y la hemeroteca de sus declaraciones) les contradiga clamorosamente. En esta nueva afición de quitarse el muerto de encima sin sonrojo hay para todos, pero no para todos por igual. Así que, como decía Jack el Destripador, vayamos por partes.

En lo referente a la CARM, es bien sabido que la política agrícola y ambiental (ojo, esta última, no toda) es de su competencia. Y aquí se han hecho cosas (hasta con consenso parlamentario entre PP y PSOE, qué tiempos aquellos). Les podrá gustar más o menos lo que se ha hecho (al Gobierno de Sánchez ahora resulta que no, pues acaba de recurrir la Ley del Mar Menor), pero legislar y regular de manera más estricta de lo que había antes, se ha hecho. Otra cosa es en materia de ordenación del territorio, donde se debería mejorar la gestión territorial a futuro para dificultar que las escorrentías llegan a la laguna. Aquí, los planes de gestión de riesgos de inundación ni están ni se les espera (del plan de ordenación de la cuenca vertiente del Mar Menor no se sabe nada después de casi tres años del primer anuncio, y del plan regional de gestión de riesgos de inundación se sabe que se licitó, se quedó el concurso desierto, y ahora el consejero del ramo, al ver el marrón que ha salido con la zona de flujo preferente en ciudades como Murcia, dice que ese tema ya no va con él, así está el patio).

Pero el tomate no está aquí, al menos en lo referente al Mar Menor. Quien tiene la capacidad competencial, técnica y presupuestaria (cosa no baladí) de revertir la situación actual del Mar Menor es el Ministerio. Regular, planificar y legislar está muy bien. Pero implementar medidas ejecutivas que reviertan la situación actual es la única manera de que esta situación no se cronifique los próximos 10 o 15 años. Y esa responsabilidad la tiene el Ministerio se mire por donde se mire. Hasta hace poco, la ministra Ribera se agarraba como a un clavo ardiendo al discurso de que «hay que actuar en origen», que es un eufemismo técnico para decir que la cosa no va con ella, sino que es competencia de la Comunidad autónoma. Así aguantaron un tiempo. Pero, claro, esa estrategia dura lo que dura, y con el espectáculo de los peces agonizando en la playa el verano pasado, algo había que hacer (aparte de poner a parir al de enfrente) para justificar el sueldo que cobra un ministro a final de mes.

Total, que como al Ministerio ahora le estaban lloviendo palos por varios flancos pidiéndole rebajar el nivel freático, y el paraguas de los biólogos y grupos ecologistas que le asesoran no da para parar la embestida mediática, hemos asistido a un nuevo giro de guion. Primero, va el secretario de Estado a la radio y dice que es que el proyecto ‘del colector del PP’ (del cual él aprobó la DIA en 2019) no le vale, porque la cantidad de agua subterránea que entraba en la laguna estaba sobredimensionada, pero que si el Gobierno regional le trae un proyectito ‘adaptado’ igual se lo piensa. Y para rematar la faena, hace un par de días, el delegado del Gobierno (y hombre fuerte del PSOE en la Región), dice que el colector lo ejecute el Gobierno regional, y que sea la Comunidad la que extraiga el agua del acuífero, aunque esto sea una competencia inequívoca de la Confederación Hidrográfica (CHS). Y se queda tan ancho. Este es el nivel.

Por cierto, en 2009, el entonces presidente de la CHS, el socialista Pepe Fuentes Zorita, ya planificó esta actuación del colector. La cosa no siguió porque le pasaron por la guillotina, ya que por aquel entonces había socialistas en la Región de Murcia que se atrevían a enfrentarse a la ministra Narbona (y a la entonces Secretaria de Estado Teresa Ribera) en temas como la gestión del agua. 

Este tipo de comportamientos serían impensables hoy en día, pues los altos cargos políticos (de uno y otro lado) se ciñen al milímetro al argumentario que marca el partido, ya que la mayoría de ellos pasaría mucho frío fuera de la política. Así que, para este próximo año preelectoral, que nadie espere soluciones ni la necesaria cooperación entre Administraciones. Aquí lo que toca ahora es agarrarse fuerte al sillón haciéndole la pelota al jefe y dándole caña al contrario… 

Compartir el artículo

stats