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AL VUELO

Cumplo año

Aquí estoy: saboreando tus primeros albores. Menos mal que siempre me creí las divinas enseñanzas de David, más conocido como El Gnomo, respecto a que la edad solo es un número y se mide en los aros que se dibujan en el interior de los troncos de los árboles. ¡Menos mal! Así lo interioricé y así lo creo. Aquí estoy: uno más para el cuerpo. ¿Y para la mente? También, pero con diferente resultado. Mi cuerpo incorpora años y mi mente los mantiene a raya. Disciplina. Así voy, recordando cada uno de los que han pasado y asumiendo que con los que llegan, para quedarse por un año, como este nuevo, vendrán sorpresas de todo tipo, incluso de las que no puedo ni quiero imaginar. Tormentos que llegan con la edad. Me quedo con lo bueno: un año por delante para seguir dando vueltas a la rueda de la vida. Con sus paradas, sus pausas, sus prisas, sus chasquidos y sus atascos… ¡Y viva! Maravilloso. Un año nuevo te llega para reemplazar el que has disfrutado. Mucho se tendrá que esforzar el nuevo para superar el que guardo en el recuerdo. Expectativas. Ha sido un año grandioso. Gracias, destino.

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