La moción de censura en Murcia ha sido una estafa. Es lo que se desprende de los decretos de archivo de todas las denuncias falsas presentadas por parte de la coalición de izquierdas formada por PSOE, Cs y Podemos en el Ayuntamiento, el último de esos archivos ha sido conocido estos días. De esta forma se demuestra, definitivamente, lo que ya sabíamos, que todo era una artimaña política urdida en los sótanos de Moncloa, con el único objetivo de satisfacer egos personales y desalojar al PP de las instituciones en la mayor parte del país, empezando por nuestra ciudad y nuestra Región.

 Esta operación, ‘la Operación Moncloa’ como la bautizaron los medios nacionales, convirtió a Murcia en un laboratorio donde se mezclaban oscuros intereses políticos. Un año después, se han ido destapando sus mentiras y han ido cayendo cada uno de los políticos que provocaron que Murcia tenga hoy un gobierno ilegítimo por haber sido descubierto mintiendo a los murcianos.

 El ‘efecto mariposa’ murciano ya se ha llevado por delante al que fuera vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias; al ministro Ábalos; a los vicesecretarios nacionales de Ciudadanos, Carlos Cuadrado y José María Espejo; al secretario general del PSOE en la Región, Diego Conesa y la coordinadora de Ciudadanos en Murcia, Ana Martínez Vidal y sus correspondientes cúpulas, además de Ciudadanos como partido. Pero los que más han perdido han sido los murcianos, ya que ha quedado manchado su nombre, el nombre de Murcia, el del Ayuntamiento, el de personas, empresas e instituciones, así como el de todos los funcionarios municipales que de forma excelente realizan un trabajo que se ha puesto en cuestión injustamente.

 La moción de censura y los que la llevaron a cabo han quedado totalmente deslegitimados por mentir, y si les queda un ápice de dignidad, tienen que pedir perdón y después se tienen que marchar, como antes de ellos lo han hecho sus jefes nacionales y regionales.

 Hablamos de ilegitimidad porque Murcia contaba con uno de los alcaldes más queridos y valorados de España. Y no lo decimos solo nosotros, lo dijeron los murcianos en las urnas, y lo han seguido manteniendo en las encuestas posteriores. Nuestro municipio, el séptimo de España, estaba viviendo la mayor transformación de la historia con nuevos proyectos, unos que ya disfrutan nuestros vecinos, como la Cárcel Vieja, y otros muchos que estaban en proceso, como Las Fortalezas del Rey Lobo o Murcia Río, han sido paralizados, privando de ellos a los murcianos.

 Hoy, Murcia está abandonada, la coalición de izquierdas no se ha molestado en presentar ni una iniciativa, ni un solo proyecto propio para nuestro municipio, y lo poco que hacen, lo hacen mal o a destiempo.

 Estamos viviendo la paralización del crecimiento económico, y por tanto del empleo en el municipio; la inexistente gestión del Covid ha puesto en riesgo la salud pública y se siente una creciente inseguridad ciudadana que no tiene precedentes. Además, los murcianos no van a olvidar que el comercio local está abandonado, la nefasta gestión de las luces de Navidad, los centros de mayores descuidados y cerrados, la mendicidad desatendida que inunda nuestras calles y un largo etc.

 Con este panorama, desde el PP, y de forma responsable, hemos pedido la dimisión del alcalde socialista. Todos sabíamos que sus falsas denuncias eran infundadas y que se trataba de utilizar de forma torticera la justicia para satisfacer sus intereses personales. Nunca les ha importado el daño que están haciendo, solo responden ante las directrices de su líder, Pedro Sánchez, y ahora temen dar cuentas a todos los murcianos.

 Estos son los mismos que durante seis meses han ocultado el archivo de la última denuncia falsa que presentaron contra el PP, manteniendo escondida su mentira en un cajón para evitar que se destapase la treta política con la que justificaron la moción de censura, y peor, durante esos meses han continuado manteniendo, vendiendo el engaño y manipulando a la opinión pública a sabiendas que estaba todo archivado.

 Pero la justicia y los medios de comunicación los han desenmascarado de forma vergonzosa, destapando sus mentiras públicamente, y también por eso tienen que dimitir, pero si no lo hacen, los murcianos tendrán más motivos aún para decidir su salida en las elecciones de 2023.

Estamos viviendo la época más oscura de nuestro municipio, pero frente a esto, el PP continúa trabajando con ilusión, presentando nuevos proyectos, ayudando a los murcianos y haciendo cara a las injusticias y a las mentiras. No vamos a consentir que Murcia retroceda más. 

 Los murcianos son libres de decidir su futuro, y ante las políticas socialcomunistas impuestas desde Madrid, hoy somos muchos los que alzamos la voz y pedimos la dimisión inmediata de las personas que han mentido, manipulado, que no saben gestionar y que durante este tiempo solo se están preocupando de ocupar sillones.

 En política, cuando mientes, te tienes que ir y la realidad de la coalición de izquierdas del Ayuntamiento es que han perdido toda la credibilidad y ya están amortizados. No pueden hablar públicamente y no estar bajo sospecha de que lo que dicen es mentira. Han calumniado, difamado y han faltado a la honorabilidad de las personas, pero la justicia, siempre, pone a cada uno en su lugar.

Nuestros vecinos se merecen mucho más y no ser solo espectadores de La Gran Estafa Murciana. Esta película también es merecedora de una nominación a los Premios Oscar, sus actores y su guionista no tienen nada que envidiar a la versión americana.