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El blog del funcionario

Miguel H. Valverde

El PSOE murciano tiene banquillo

Seguramente el futuro de los socialistas murcianos tiene nombre de mujer, estoy seguro, aunque ahora el actual delegado del Gobierno y casi con total seguridad próximo secretario general del PSOE en la Región de Murcia vaya a dirigir una organización que necesita cuanto antes que todos, no solo remen en la misma dirección, sino que remen.

Durante demasiado tiempo ha habido gente que no solo no remaba, sino que incluso ha habido quien remaba en dirección contraria. Diego Conesa, con su victoria en 2019, hizo recordar a los militantes y simpatizantes de izquierdas el título de la famosa serie de los años 90 del siglo pasado Aquellos maravillosos años, y durante éstos últimos ha conseguido que al menos nadie pusiera piedras en el camino, que no es baladí.

Pero se equivocarían el Gobierno regional y Vox si creen que, con el paso al lado del ya ex líder socialista, el camino hacia una victoria más cómoda, amplia y fácil en 2023 se allana, como auguran las encuestas, principalmente las del CEMOP. Los socialistas murcianos tienen en la política municipal su auténtica artillería ideológica, curiosamente, donde se ‘eligen’ personas más incluso que ‘siglas’, donde todos se conocen; es ahí donde los socialistas tienen su gran granero de seguidores y votantes.

No olvidemos que intrigas, disparos en el pie y expulsiones aparte, los socialistas dominan y lideran tres de las cuatro principales capitales de la Región (Murcia, Lorca y Molina de Segura), y han gobernado Cartagena hasta hace un par de meses, y eso no solo hay que tenerlo en cuenta, sino que dota a los socialistas murcianos de un peso social y político muy importante.

Se equivoca quien piense que los socialistas no tienen banquillo para jugar en la primera división territorial. 

Las actuales alcaldesas de Bullas (Presidenta de la Federación de Municipios), Águilas, Beniel, Santomera, Jumilla, Campos… no solo están demostrando una gran capacidad de gestión, sino que llevan tiempo representando un poder que está al alcance de muy pocos políticos, el poder de la ética.

Dos años, dos, tienen en la calle Princesa para pasar página de la moción de censura y presentarse como una alternativa creíble frente al escenario que dibujan la mayoría de las encuestas, donde PP y Vox ya no solo apuestan por gobernar en compañía, sino que incluso algunos bromean si entre ambos llegarán a los treinta diputados.

Estoy convencido de que la futura dirección que salga del próximo congreso sabe ya de antemano que los ‘cañones’ de San Esteban y la Asamblea Regional no apuntan a la calle Princesa, sino a Ferraz y Moncloa respectivamente, y su misión, por tanto, no puede ser quedarse en medio del fuego cruzado que se avecina. Pero si hay alguien que ha demostrado que su piel no es fina, y que ha ganado tantas veces en la Justicia como denuncias y demandas le han puesto por su paso por Calasparra, es el futuro secretario general, por lo que es posible que si no toda la artillería, algún francotirador (de momento) que otro, tendrán que destinar en los próximos meses a seguirle de cerca. 

Lo mejor de todo, es que la ‘guerra del agua’ en la Región entre populares y socialistas murcianos puede haber tocado a su fin, puesto que si uno echa un vistazo a la hemeroteca, alguien debería llamar a palacio y decir: «San Esteban, tenemos un problema».

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