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López Miras, aprendiz de filósofo

López Miras, aprendiz de filósofo

En su populista estrategia contra el Gobierno central, hace mal el presidente, López Miras (LM), en utilizar políticamente el proceso de vacunación contra la Covid-19, que está suponiendo un reto de primera magnitud para nuestro sistema sanitario en la lucha contra la pandemia y al que ha respondido toda su estructura profesional de manera ejemplar, hasta el punto de colocarnos a la cabeza de Europa en número de personas inmunizadas y próximos a conseguir el objetivo europeo del 70% de población vacunada con pauta completa en el periodo previsto, final de verano.

En rueda de prensa en Cartagena, LM intentó dar una lección magistral recreándose en una especie de silogismo aristotélico, que hace aguas por todas partes, expresando lo siguiente: «La Región de Murcia ha puesto, exactamente, el mismo porcentaje de vacunas que el resto de España, pero tiene a menos personas con las dos vacunas puestas, podemos llegar a la conclusión de que el Gobierno central envía a Murcia menos vacunas que al resto».

Sin embargo, de todos/as es sabido (salvo por LM y la anterior cúpula de la consejería de Salud) que la estrategia de vacunación se realiza priorizando grupos de riesgo establecidos desde un principio como grupos esenciales y, posteriormente, por grupos de edad.

Dichos grupos varían en número. Hay Comunidades con poblaciones más envejecidas que han recibido más vacunas inicialmente y otras, como Murcia, con pirámides poblacionales más jóvenes, que reciben más dosis posteriormente; pero también difieren en el tipo de vacuna administrada en función de la disponibilidad que hubiera en su momento, lo que implica un periodo de tiempo diferente entre primera y segunda dosis, amén de otros problemas surgidos como la suspensión temporal de la administración de AstraZeneca o el incumplimiento de las propias farmacéuticas que vendieron sus contratos al mejor postor; problemas que, en una distribución necesariamente heterogénea, no afectan homogéneamente al conjunto de las Comunidades autónomas.

En definitiva, se trata de un proceso complejo cuya programación viene determinada por múltiples factores y no es tan lineal ni homogénea como lo presenta LM y, sin embargo, las diferencias entre Comunidades nunca han sobrepasado unos pocos puntos porcentuales, reduciéndose cada vez según avanzaba el proceso. «El Gobierno central, el Gobierno de España, el Gobierno de Sánchez», no nos castiga con menos vacunas. De hecho, somos la décima región en población y la décima en número absoluto de vacunas recibidas. Alguna correlación habrá.

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