Los ciudadanos han mostrado ya su rechazo a la deslealtad, a las políticas erráticas y a las estrategias personalistas. Los resultados electorales en Madrid y las encuestas y estudios demoscópicos publicados (incluido el siempre parcial del CIS de Tezanos) arrojan una caída del PSOE y la práctica desaparición de Cs, precisamente los impulsores de la fallida moción de censura en la Región. Este es el verdadero ‘efecto mariposa’ de una iniciativa que no respondía a los intereses de los habitantes de la Región, sino a un complot urdido en los sótanos de La Moncloa y alimentado por la ambición personal de unas y el ansia de volver al poder de otros. A pesar de que las mociones de censura son herramientas legítimas de nuestro ordenamiento democrático, detrás de las mismas debe haber un proyecto. Y en esta solo había una desmedida ambición personal e intereses partidistas.

Ante ello, alzamos la voz, porque nuestra Región no podía ser una mera moneda de cambio, ni un laboratorio en el que probar nuevas fórmulas y bandazos ideológicos de un partido desorientado y mal informado respecto a los intereses de los murcianos, que contemplaron con una mezcla de vergüenza e indignación el espectáculo cuando nos encontrábamos en plena lucha contra la pandemia.

El Gobierno de coalición demostraba y demuestra su eficacia en esta batalla contra el virus, con cifras de incidencia y presión asistencial envidiables. La primera experiencia de un Ejecutivo bicolor en la Región no estaba exenta de fricciones y desajustes, pero funcionaba basándose en el supremo objetivo de velar por el interés todos los habitantes en el centro de la mayor crisis sociosanitaria de la historia. El ‘caso vacunas’ se saldó con la asunción de responsabilidades políticas, con dimisiones en la cúpula de la consejería de Salud, pero se convirtió en un ‘casus belli’ para algunos, en una excusa para apuntalar la moción de censura. Una excusa que ni siquiera tiene fundamento ni recorrido jurídico, como demuestran las decisiones de la Fiscalía.

Pero el verdadero objetivo de la moción no era mejorar la vida de los murcianos, sino repartir cargos y satisfacer ambiciones personales y partidistas. Frente a eso, pusimos por delante un acuerdo programático y un programa electoral claro y definido que más de 300.000 votantes ratificaron en las urnas. Ambos publicitados y ratificados con luz y taquígrafos, todo lo contrario a una moción de censura que sumaba como monedas de cambio Ayuntamientos en los que se estaba trabajando bien, y cuyos portavoces y ediles nunca fueron consultados, encontrándose de un día para otro con que su trabajo y su compromiso eran pasados por alto. Nadie habló con la militancia, ni hubo consulta con los órganos reglamentarios. Solo información sesgada y parcial, solo ordeno y mando, solo obediencia ciega. Y claro, solos se quedaron.

Frente a ello, el compromiso adquirido, la palabra dada a todos los murcianos y un trabajo por delante que ya estamos llevando a cabo. Desde las consejerías del Gobierno de coalición, desde el grupo parlamentario que sigue trabajando por todos los habitantes de la Región. Desde nuestros compromisos, desde nuestros acuerdos y desde nuestras ideas y valores.

La tramitación de los presupuestos regionales es un ejemplo de que seguimos trabajando, seguimos mirando adelante. Nuestro grupo parlamentario ha dejado su impronta en estas cuentas regionales, con más dinero para la recuperación y reactivación económica que todos anhelamos. Con más ayudas a desempleados, autónomos y empresas, y a los sectores más castigados por la pandemia, como turismo, hostelería y comercio. Con 55 millones de euros para la recuperación del Mar Menor y la dinamización turística y económica de su ribera. Con más fondos para defender a los más vulnerables a través de las políticas sociales.

Unos presupuestos que encaran ya su recta final, cuando estuvieron paralizados meses por la ambición y las cuitas personales de una consejera que al tiempo negociaba ya la moción de censura. Una moción que habría retrasado estas partidas y dejado a nuestro tejido económico sin las herramientas para afrontar la recuperación. Aun así, mienten sin pudor afirmando que había partidas para este u otro municipio, para este u otro proyecto. Los presupuestos eran los que eran, y si estaban frenados no era por incluir una u otra partida, sino por puro tacticismo y estrategia. Una vez frenado el atropello, fuimos capaces de desbloquearlos en una mañana y ponerlos en marcha. Y esa es la realidad.

Una vez concluyamos la aprobación de estas decisivas cuentas regionales, seguiremos trabajando por todos los habitantes de la Región. Será el turno de la decisiva Ley de Servicios Sociales y de decenas de iniciativas para que nuestra Región remonte. Iniciativas para devolver a los murcianos la confianza que nos otorgaron y que algunos trataron de usar como si fuera una simple baza con la que tratar de recoger ganancias. Aquí estamos, trabajando por la Región, porque nunca nos hemos ido ni tenemos más ambición que servir a los ciudadanos.