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Pobreza energética, una de tantas

Desde la Red de Lucha Contra la Pobreza y la Exclusión Social en la Región de Murcia (EAPN-RM) insistimos de forma habitual en que la pobreza debe ser entendida como un todo. No es conveniente adjetivarla, solemos decir, y recurrimos a un ejemplo que tomamos de Carlos Susías, presidente de EAPN España: no hay niños pobres en familias ricas. Y, a pesar de todo eso, este artículo es sobre pobreza energética.

Antes de seguir adelante, conviene hacer una puntualización no menor. Hablar de pobreza energética implica hablar de contextos de pobreza, sí, pero se trata de una pobreza en la que existe algún tipo de vivienda. No siempre es el caso. Dicho de forma más directa: hay personas que ya desearían ser pobres energéticamente hablando porque eso supondría que tendrían algún tipo de vivienda. Hay muchas personas en nuestra región que deben vivir en chabolas, en asentamientos o en la calle.

La pobreza energética, en un sentido riguroso del término, aparece cuando el gasto en energía del hogar (luz, butano, gas ciudad?) supera el 10% de sus ingresos. Según esa definición, el 15% de los hogares en la Región de Murcia sufren pobreza energética. Traducido a efectos prácticos, quiere decir que el 15% de los hogares de la región encuentran problemas a la hora de calentar el agua de la ducha, de cocinar con el horno o de combatir las altísimas temperaturas del verano murciano. Porque la pobreza energética va más allá de pasar frío en tu casa. Sin frigorífico, por ejemplo, no puedes conservar alimentos perecederos o según qué tipos de medicamentos. Estas dificultades son graves por sí mismas pero, además, suponen un obstáculo muy serio a la hora de iniciar cualquier proceso de promoción.

En pleno invierno, la pobreza energética cobra una gravedad especial. Según el Informe Pobreza Energética 2018 de la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA), en torno a 7.100 muertes producidas en invierno podrían estar asociadas a la pobreza energética. Este informe es prepandemia como lo es el dato de que relaciona pobreza energética y frío: el 13,1% de los hogares murcianos no puede permitirse mantener la vivienda con una temperatura adecuada. Ahora, cuando todos los indicadores que se van manejando apuntan a que la pobreza está aumentando de forma dramática y cuando sabemos la relación directa entre pobreza y pandemia, podemos afirmar que las cifras anteriores serán mayores.

La pobreza energética es el resultado de la combinación de tres factores: la renta familiar, los precios de la energía y la eficiencia energética de la vivienda. Pero no solo. Hay otras cuestiones que intervienen en la pobreza energética y que nos harán volver a la idea del párrafo inicial.

El porcentaje de hogares que no pueden mantenerse a una temperatura adecuada sube un punto, hasta el 14%, cuando están formados por personas mayores de 65 años. Esto, a su vez, se relaciona con la baja cuantía de las pensiones, especialmente las de viudedad. Téngase en cuenta también que las personas mayores son un grupo de riesgo ante la pandemia.

El aumento es mucho mayor cuando se trata de hogares monoparentales. Entonces, el porcentaje es el doble y llega hasta el 26,2. Aquí la relación hay que establecerla con el género pues según datos del INE, el 83% de estos hogares tienen a una mujer al frente. La feminización de la pobreza, la especial gravedad con que la pobreza afecta a las mujeres en una sociedad machista, se pone de manifiesto en este tipo de indicadores.

Es también llamativa la cuestión territorial. El porcentaje de personas que no pueden mantener sus viviendas a temperatura adecuada en invierno en el conjunto del país es del 7,6% de las familias. En Murcia es el doble. EAPN España evidencia cada año, al publicar el Informe del estado de la pobreza, cómo el país está partido en dos y el sur ofrece porcentajes peores en todo lo relativo a pobreza.

La pobreza debe entenderse como un todo, pero un todo complejo y multifactorial. Sin perder de vista la necesidad de un enfoque de conjunto, puede ser conveniente desarrollar distintos acercamientos tanto para conocer más y mejor el todo como para poder actuar sobre los factores que lo determinan.

Desde EAPN-RM valoramos positivamente medidas como las recogidas en el decreto, propuesto por la consejería de Mujer, Igualdad, LGTBI, Familias y Política Social, que regula la concesión directa de subvenciones de actuaciones contra la pobreza energética. Estas iniciativas atienden algunos de los compromisos adquiridos en el II Pacto de Lucha Contra la Pobreza, en el que se habla explícitamente de eliminar la pobreza energética e hídrica en el marco competencial regional.

Todas estas medidas e iniciativas deberán, finalmente, organizarse de forma coherente en una estrategia regional que consiga que la lucha contra la pobreza sea una lucha transversal a todo el gobierno regional. No son palabras en abstracto porque de lo que se trata es de que nadie pase frío en invierno o que nadie tenga que elegir entre pagar la factura de la luz y comprar medicamentos.

Coordinador de la secretaría técnica de la Red de Lucha Contra la Pobreza y la Exclusión Social en la Región de Murcia (EAPN-RM)

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