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El tour (1)

En la rueda de prensa convocada por el presidente López Miras que mantuvo el miércoles por la tarde junto al consejero de Salud y el portavoz del comité técnico del Covid, a fin de comunicar que se cerraban las fronteras de la Comunidad, se prohibía la movilidad entre municipios y se añadían restricciones a las poblaciones de Fortuna, Abanilla, Totana, Beniel, Bullas, Ceutí, Cieza, Lorquí, Totana y Archena, los periodistas insistieron bastante en preguntar cómo es que no se extremaban también las restricciones de movimiento en la ciudad de Murcia, dado el alto índice de contagios que presentaba. Las respuestas, la verdad, no fueron muy aclaratorias, así que veamos lo que se puede hacer bajo las condiciones que se nos han dictado por el gobierno Regional, si vives en el municipio de Murcia..

Imagínese, lectora o lector que me dedica su atención sin merecerlo, que usted tiene una moto, o un coche, o incluso le valdría poseer un patinete eléctrico con las baterías cargadas a tope, que hace buen día, como casi siempre en nuestra capital y que le apetece salir a dar un buen paseo. Imaginemos también que usted vive en Sucina, y que toma su vehículo y se va a Zaneta, mirando la carretera pero a la vez disfrutando del paisaje, que en esta época de encierros hemos aprendido a apreciarlo mucho más. De allí se va a Los Ramos y para en Torreagüera para comprar tabaco, aunque sabe que no debe fumar. Continúa su paseo, tan feliz, por Beniaján, Los Dolores, Los Garres, y, cuando llega a Algezares, le da la vena religiosa y sube a hacerle una visita a la Virgen de la Fuensanta. Se pasa un buen rato en el santuario, y, ya que está allí, se acerca a Los Teatinos a curiosear los casoplones que se pueden ver en ese bello lugar, si te lo permiten los setos, perfectamente cortados a cuchillo. Después, baja hasta El Valle y lo cruza entero, disfrutando de las maravillosas vistas.

Bien oxigenado y rezado, y sintiendo un poco de negra envidia al ver los casoplones, decide usted bajar hasta Patiño, a comprar unos chorizos que venden allí en un sitio de mucha confianza, y, cruzando Santo Ángel, llega a La Alberca donde va a esa panadería de toda la vida. Allí hacen pan de verdad, y no esas cosas descongeladas que según avanza el día va tomando aspecto de moco. Compra usted el pan y unas rosquillas para ir alternando porque no quiere engordar.

Pero la visión del pan le da un poco de hambre, y piensa que le vendría bien tomar algo. Pasa por El Palmar, y piensa en parar en un bar, y después por Sangonera, pero no termina de animarse, así que se dirige hacia Murcia, en sitio que usted sabe, y se toma una marinera y una caña. Le apetece la segunda, pero va con el vehículo y no quiere abusar.

Con renovadas fuerzas, se decide a volver por Puente Tocinos, lo cruza tranquilamente, aunque siempre ha pensado que este pueblo tiene exceso de semáforos. Para un momento y compra un ejemplar de La Opinión y dos revistas, una para su cónyuge, y otra para su suegra. Continúa su tour y llega a Llano de Brujas, para un momento a hacer pipí porque la cerveza ha hecho su efecto y sigue hasta Casillas, donde pregunta si este año van a poner el belén. En Monteagudo hace una parada larga para comprar flores para ir al cementerio el día 1, porque digan lo que digan, usted va el día de los Muertos y no se hable más. Desde allí pasa hasta El Raal, cruza Alquerías y se va a casa.

Y, sin embargo, si usted vive en Albudeite, pongamos por ejemplo, usted se va a quedar, tocándose los cataplines, confinado en su pueblo.

(1) Este artículo está inspirado en un meme que corre por las redes sociales. No sé quién es su autor. Si llegara a conocerlo, lo citaría en estas mismas páginas.

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