Esperar, pagar, salir y seguir con la matraca. Ni más, ni menos, y una vez fuera: llamar al ´ideólogo´ para ver por dónde van la tiros. Así es como imagino que ha sido la estrategia que han seguido los ex consejeros Romeva, Turull, Rull, Mundó, Bassa y Borrás. Estuvieron calladitos; manejando con sigilo (mutis por el foro) y tras aceptar que gratis no podían quitarse el traje de rayas, pagaron 100.000 euros (para algunos caen de la chimenea) y a la calle. Puestos a imaginar, al salir pidieron un móvil para comunicar su salida pero, claro, menuda sorpresa, las compañías de comunicación móvil se ha quedado bajo mínimos. Puede que llegaran a un bar a quitarse el mono de la cafeína. Al pedir un café les comunicaron que la empresa distribuidora se ha trasladado de provincia. Quisieron comprar algo de ropa (un par de camisas con jardares), y al llegar al centro comercial faltaban más de la mitad de las franquicias. Como diablos corrieron al bar de las cañas «cerrado por defunción», rezaba en un cartel. Sin kleenex y sin lugar para comprar, con los mocos colgando, así han comenzado la campaña del 21D los ´pagadores del pato´.