La verdad es que si yo fuera de los malos andaría preocupada. Tal y como se han ido sucediendo los hechos desde el día de los asesinatos hasta la captura del conductor de la sangrienta furgoneta, podemos afirmar que se cometen errores (igual pasa en cualquier conducta humana) pero también que el caso se ha resuelto con agilidad, empeño y profesionalidad. Además, algo que agradezco, y seguro que muchos de ustedes también, es la transparencia con la que se ha realizado todo, y aquí hay motivos para estar orgullosos de muchos de nuestros profesionales de la comunicación. Nos han dado, siempre que se ha podido, información sobre lo que se estaba haciendo. Con ello se ha conseguido que la ciudadanía haya sido participativa, a la vez que crucial, y que todos hayamos comprobado de primera mano que podemos estar tranquilos, porque aunque tengamos dudas (está dentro de lo normal) hay quienes velan por nuestra seguridad. Ahora ya saben, es más chulo ser malo que bueno, por eso hay tantos malos entre los buenos, así que no podemos bajar la guardia. Nos llevan delantera. Quienes ahora hablan de qué cuerpo de seguridad lo ha hecho mejor o peor.... Mejor no dar balas al enemigo. ¿No?