En 1991, el señor Méndez (PSOE), alcalde de Murcia, afirmó tajantemente que «el Parque Tecnológico se instalará en la ciudad de Murcia o en ningún otro lugar de la Comunidad». Hoy podemos leer junto al Campus de Espinardo Parque de Empresas e Innovación Tecnológica.

También el señor Cámara (PP) propugnaba un ´estatuto de capitalidad´ para la ciudad de Murcia, anteriormente propuesto con la denominación ´canon de capitalidad´ por el señor Prefasi (IU), concejal de ese mismo ayuntamiento. Es decir, una forma más irracional e injusta de distribuir el presupuesto regional. Dicho de otra forma: obligar a los habitantes de la comarca natural del Campo de Cartagena (y del resto de la Región) a viajar a Murcia simplemente para transformar un vehículo industrial o para abrir un contenedor llegado a España a través del puerto, y además proponen que paguemos más impuestos porque molestamos o damos trabajo extra.

Doña Concha Sáez (PSOE), delegada del gobierno de Felipe González, dijo durante el trágico desmantelamiento industrial, comercial y militar de Cartagena que ésta era «una ciudad que con 65.000 habitantes ya estaba bastante bien». En aquel momento el municipio contaba con casi 200.000 habitantes. Hizo esa declaración poco antes del incendio de la Asamblea Regional, el 3 de febrero de 1992 (primera vez en que la población civil incendiaba en España un Parlamento elegido democráticamente).

El señor Valcárcel (PP), aprovechando aquella precariedad económica local, justificó ante la prensa la segregación de parte del término municipal de Cartagena, «motivada por el abandono de que ha sido objeto esta zona por parte del ayuntamiento de Cartagena, que no les ha dado los servicios de que están necesitados».

Preguntado el señor Collado (PSOE) por haber considerado la autovía Madrid-Cartagena como secundaria; por las inmensas inversiones (más de veinte mil millones de pesetas) en Murcia para acometer exnovo el complejo universitario de Espinardo, el Auditorio, la Biblioteca Regional; la descontaminación integral del río Segura (cuando la contaminación atmosférica en Cartagena nos estaba matando)€ respondió que «también en Cartagena se ha construido el centro cultural Ramón Alonso Luzzy» (este centro costó 150 millones de pesetas y sustituía a la añorada Casa de la Cultura de la que ya gozábamos diez años antes cuando fue cedida como futura sede de la Asamblea Regional).

En la noche de la primera victoria electoral del PP (mayo de 1995), el señor Celdrán (ue sería presidente de la Asamblea) anunció que «una de las primeras acciones de Gobierno del PP será la constitución de la circunscripción única en la Región», para que los votos de todos los ciudadanos tengan el mismo valor. Otra importante promesa incumplida durante más de veinte años.

En el artículo de opinión de una extensión de 1.200 palabras, titulado ¿Restituir la Provincia de Cartagena?, firmado por José María Riquelme Artajona, el autor afirma que ve a José López «más exaltado de lo habitual» por haber respondido a una pregunta sobre la biprovincialidad de la Región de Murcia, «advirtiéndonos a sus conciudadanos de la Región con llevarse a Cartagena a otro sitio´». Evidentemente, el señor. Riquelme participa (voluntariamente o no) de una campaña de caricaturización del alcalde de Cartagena. En un artículo tan extenso como el suyo no hay lugar para tales imprecisiones que tantas veces hemos visto y oído en ciertos medios de comunicación: tan sólo unas breves porciones de una declaración mucho más completa y reflexiva de nuestro alcalde.

En cualquier caso, basta un ligero repaso a las declaraciones de Méndez, Cámara, Sáez, Valcárcel, Collado o Celdrán para comprender el hartazgo que pueden producir. Y digo más: serían necesarias muchas páginas para enumerar las promesas preelectorales incumplidas que presuponen estupidez en quien las escucha y, por tanto constituyen un insulto en sí mismas. Faltar a la palabra dada e incumplir los compromisos electorales no sólo es deshonesto, es una conducta que denota una pésima educación cívico-social. Así que en estos momentos resulta inmoral y tendencioso el intento de caricaturizar a un político, el señor López, que solo persigue lealmente aquel objetivo con el que se comprometió.

Continúa el señor Riquelme con un breve repaso a ciertos argumentos utilizados por la plataforma 2es+. Entre otras cosas cuestiona la indudable unidad de una comarca geográfica e histórica, el Campo de Cartagena. Y propugna una consulta a los habitantes de los municipios.

Parece que el movimiento separatista catalán, al menos ha conseguido poner de moda el ´referéndum para todos´. Desde luego, no recuerdo haber sido consultado sobre mi ´murcianía´ con ocasión de la aprobación del Estatuto de Autonomlía de 1982. Recuerde el lector que hace poco celebramos el 2.222 Aniversario de la Batalla por la conquista de Qarthadasht, en las grandes fiestas de Cartagineses y Romanos. Es decir, en Cartagena hasta los escolares han aprendido que llevamos más de 2.222 años enterrando a nuestros muertos. Aceptar de buen grado el gentilicio de ´murciano´ equivale a renunciar a 1.400 años de Historia. Y lo mismo pueden pensar en Bigastrum (Cehegín), Illorci (Lorca) o Ficaria (Mazarrón)€ Supongo que en estas localidades, entre otras, habrá personas que no deseen sustraer parte de su Historia a sus descendientes.

Dedica dos párrafos a un análisis histórico de los fundamentos de la restitución de la provincia de Cartagena, pero omite que la motivación principal de la creación en 1.799 de las provincias de Santander, Asturias, Alicante, Málaga, Cádiz y Cartagena fue una mejor gestión de amplias zonas costeras olvidadas por la Administración española. Más de dos siglos después, las cinco primeras siguen vigentes y todos aceptamos que han cumplido los objetivos que sugirieron su creación.

No menciona el protagonismo del peor rey de la Historia de España, Fernando VII. El rey que cierra periódicos y universidades, suprime la Constitución de 1.812, restituye la Inquisición y dirige la terrible represión de la Década Ominosa... El tradicional espíritu liberal y constitucional de la ciudad no era del agrado del monarca. Fernando VII declara sobre Cartagena, el 4 de mayo de 1831 «que su real ánimo está cerciorado por datos fidedignos del mal espíritu público de ese vecindario y que, de no manifestarse con pruebas positivas su pronta y sincera enmienda, le hará sentir severamente su soberano desagrado». La posterior división provincial de su ministro Javier de Burgos (1.833), no hará sino confirmar la amenaza.

Tampoco menciona la probable raíz histórica de esta anómala e injusta situación: el ilegal traslado a Murcia, en el siglo XIII, del obispo de Cartagena, en connivencia con Sancho IV de Castilla (hijo de Alfonso X y traidor a la causa de su padre). Hasta el cronista de la ciudad de Murcia ha aceptado la veracidad de esta afirmación, aunque aún no se ha actualizado la versión ´oficial´ en ciertas webs institucionales, en las que aún persiste la errónea (y muy perjudicial) tesis del fallecido profesor Torres Fontes.

El señor Riquelme también ´olvida´ recordar la reorganización, en 1927, de la entonces existente provincia de ´Canarias´. Ésta fue estructurada en dos: ´Tenerife y Las Palmas´ (claro ejemplo de biprovincialidad, tan favorable para ambas). No hemos observado ninguna fractura en la región canaria por esta decisión, sino que muy al contrario han sido mejor atendidas las peculiaridades insulares de todo el archipiélago. Es éste el referente más cercano en el tiempo que muestra un exitoso camino a seguir en beneficio de toda la CARM.

Finalmente, alude en su escrito a los ´números´. Recursos económicos, representatividad política ante las instituciones nacionales, costos y beneficios de la organización en dos provincias€ Creo que hemos de dejar este asunto en manos de quienes más saben. Los expertos universitarios de la UMU y de la UPCT que han trabajado intensamente en la elaboración de informes de viabilidad económica y política de la propuesta. Pero debo añadir€ ¡y oigámosles con atención! Lamentablemente he tenido oportunidad de escuchar opiniones y valoraciones sobre informes no conocidos o ni siquiera leídos. Quienes así han actuado lo hacen con una hipocresía carente de la bonhomía y sentido común que ha de dirigir la actuación de un buen político.

Señor Riquelme: temo que el título de su artículo entre interrogaciones parezca manipulador o malintencionado: ¿Restituir la Provincia de Cartagena? Los signos de interrogación son signos ortográficos que se utilizan para indicar que un enunciado se transforma en una pregunta. La función de este signo ortográfico es la de otorgar a la oración un carácter especial, no aseverativa, ya que quien escribe el enunciado con signos interrogativos no está afirmando o negando nada, sino que está formulando una pregunta.

Yo no he ´jugado´ a lo mismo, señor Riquelme. En esta breve reflexión he procurado ser más asertivo y directo. Afirma que ve a José López más exaltado que de costumbre. Pues yo espero que comparta usted mi opinión de que llevamos muchos años soportando declaraciones extemporáneas o groseras de políticos de Murcia en asuntos que nos atañen a todos los habitantes de la Región (cartageneros incluidos); y que éstas ofenden nuestra inteligencia. Y sí, afirmo que por justicia, encaje, unidad, fortaleza, eficiencia, representatividad, equidad, descentralización, mayoría de edad de los pueblos y la expectativa de dar el salto adelante que la Región necesita y merece, la Biprovincialidad es el camino y la Restitución de la Provincia de Cartagena, parte de la solución. Pedimos que éste sea el referente principal y recogido con más claridad en la Reforma del Estatuto de Autonomía.