No queremos hacer chistes malos, pero el presidente del Gobierno español necesita un reconstituyente como el brandy y un plan Brady, o algo parecido, para salvar nuestra maltrecha economía. Pero más que recetas extranjeras (Brady y brandy) tendrían que ser remedios caseros españoles. En vez de brandy, debería beber aguardiente serrano, puro y duro. Y en vez de un plan Brady, debería pedir una auditoría de la deuda española, una quita de la considerada ´ilegítima´, y una reestructuración del resto de la misma.

Algunos analistas políticos hablan también de que Mariano Rajoy ha perdido el Norte; y no solo el Norte, sino el Sur, el Este y el Oeste. Y no nos referimos a ninguna futurología geográfica electoral „que tanto le gusta hacer al gurú pepero Pedro Arriola„, por la más que posible pérdida de votos en las distintas regiones españolas en las elecciones municipales, autonómicas y generales de este 2015.

Manifestamos que Rajoy está ´desnortado´ por su engolado discurso sobre la superación de la crisis en España, afirmando eso de que la estabilidad que tenemos es por la buena gestión del Gobierno del PP. E insinuamos también que anda un tanto errático y extraviado, porque si algo le está salvando a España de la crisis y recesión, es la actual mejoría económica europea y mundial por la bajada del petróleo, la caída de los precios, y la depreciación del euro, que permite reducir nuestro déficit comercial.

Pero lo del ´desnorte rajoyano´ también es porque el presidente español se ha metido „él solito„ en el berenjenal de Grecia. Le veíamos ponerse histérico gritando por todo el Partenón: «Prometer cosas imposibles, genera una enorme frustración». Y mientras, miraba de reojo a Pablo Iglesias, de Podemos ¿Cosas imposibles? Pues aplíquese el cuento, don Mariano, que aquí, en España, nos tiene superfrustrados con sus fatuas e incumplidas promesas y mentiras. Por ejemplo, en la campaña electoral del 2011 que le llevó al poder, engañándonos a todos, dijo: «En dos años arreglaremos la economía... con mi Gobierno habrá crecimiento sólido y empleo en dos años...». Esto mismo, o parecidas palabras, les espetó el presidente griego y dirigente de Nueva Democracia a los suyos. Y así les ha ido a los sufridos ciudadanos helenos: una ruina de país.

Los dos dirigentes derechones y conservadores, Rajoy y Samaras, están presos de las imposiciones neoliberales financieras y de las malas influencias de las políticas de austeridad de Alemania.

Pero nuestro presidente, creyéndose, no sé, un salvaEuropa, un Adenauer, un De Gaulle, un Kennedy, o el mismo líder alemán Willy Brandt, se empecina paranoicamente en que va a liberar a Grecia de las garras del neocomunismo y del radicalismo de izquierdas. Cosas de Rajoy y sus creencias e interpretaciones mágicas de la vida política.

No sabe Mariano „o no quiere saber, más bien„, ni tampoco sus compinches de la Troika (Comisión UE, BCE, FMI), que de lo que se trata es de ´rescatar´ a Grecia, a los ciudadanos, y no a los bancos franceses, alemanes y a otras entidades financieras mundiales. Y aquí en España, lo mismo, y que dejen ya de mentir sobre el caos que sucederá en Grecia, este mes, y en España, en noviembre, si ellos no ganan las elecciones generales.

Si esto así sucede, sería un respiro y una gran alegría para España y los países del sur de Europa, que estos neoliberales de pacotilla se vayan a la oposición „o desaparezcan del arco parlamentario„ para purgar sus pecados.

Por eso les recomendamos „a Rajoy y a Samaras„ que se tomen un par de copas de brandy, y que inviten a todos aquellos que les piden aún más austeridad y más rigor fiscal, especialmente a la señora Merkel y a sus mariachis de la Troika. Los que se oponen a un plan de reestructuración de deuda en Europa siguen elevando la voz y ejerciendo sus lobbies de presión financiera y política. Exigen más reformas; por ejemplo, dicen que el saneamiento bancario y financiero español todavía no se ha acabado. Y estos clásicos amigos de la austeridad, de economías neoliberales, nos exigen más reformas, más bajada de salarios, porque las ven insuficientes, así como más devaluación interna (Dios mío, más precariedad aún).

A estos gurús de la economía mundial hay que advertirles „una vez más„ que nuestro problema económico no es de salarios altos, sino del elevado coste de financiación de nuestra deuda, pública y privada. Al igual que en Grecia, la deuda pública española empieza a ser agobiante, y alcanza actualmente más de 1,023 billones de euros, situando la tasa total por encima del 96% de PIB. ¡Un horror!

Sin embargo, otros muchos especialistas en la gestión de la deuda, y prestigiosos economistas, están proponiendo y reclamando, de igual manera, reestructuraciones de la deuda de los países del sur de Europa. Hay matices en las diversas propuestas, pero nadie enarbola la ilegitimidad de la deuda pública española o griega, aunque estén ya extremadamente desbocadas, y nadie defiende quitas unilaterales.

A última hora, más disgustos para el ´desnortado´ Rajoy: el bombazo del caso Bárcenas amenaza con dinamitar la campaña electoral del PP en 2015. La Fiscalía apunta ya directamente a la calle Génova, al partido de la gaviota azul, en el ´caso Gürtel´ por disponer de una caja B gracias a la red. ¡Más gasolina a los viejos casos de corrupción del PP!