Perdone que le moleste pero es hora de hablar claro, es el momento de posicionarse. Las elecciones de final de año serán las más importantes de la democracia. Se vislumbran cruciales para que España mantenga su unidad territorial y se vuelva a disfrutar de una paz social. Pero antes tenemos las municipales y autonómicas, que están a la vuelta de la esquina. En ellas hemos de implicarnos todos, desde los que vamos a dar un paso adelante hasta los que depositarán su voto en una urna.

Desde mi punto de vista la casa política en nuestra región ha sido morada de personajes singulares: empezando por el verbo autóctono de nuestra presidenta socialista María Antonia Martínez y sus ´angunos´, hasta los recientes ahorradores compulsivos como el señor Cámara, alcalde de Murcia. Tambien hemos disfrutado de dudosos pagadores como el señor Sánchez, consejero de Educación, promotores sin escrúpulos de aeródromos ´gratuitos´ como el señor Valcárcel o de posiciones cambiantes como el viento como las del señor Bernabé, consejero de Fomento. Algunos válidos, mediocres los que más, individuos sin oficio conocido pero con beneficio obtenido el grueso de los mismos.

Ha sido un continuo desfile de políticos los que nos han fallado a los ciudadanos de la Región de Murcia. En ellos depositamos en su día nuestra confianza y ellos nos han dado la espalda y dejado en la cuneta. Muchos han sido los expuestos, demasiados al final los imputados judicialmente. Raro es el municipio que está libre de investigaciones.

La Región de Murcia ha sido la plataforma hacia una política nacional de personas poco instruidas y de un discutible intelecto. El coste ha sido demasiado alto: dejar de lado el crecimiento regional y confiar la economía a una agricultura y un turismo incipiente, fácil, seguro. Dejando de lado el fomento de las nuevas tecnologías, el fomento de nuestra Historia. la investigación y el desarrollo, la ayuda a los emprendedores, los autónomos o la formación técnica. Abocándonos a un futuro de melocotones de Murcia para arriba, lechugas del Campo de Cartagena y chiringuitos con sangria desde Águilas hasta San Pedro.

Cómo no hablar de los que pensaban que la política era su forma de vida. De los que se subieron al carro de la comodidad, de los que se han acostumbrado, por decir sólo lo más suave, a recibir regalos y prebendas o a cenar gratis en restaurantes, no pagar un sólo abono de espectáculos o festivales o, incluso, disponer de coche oficial para actos privados.

En Cartagena, desde mi punto de vista, los primeros años de gestión de nuestra alcaldesa fueron aplaudibles. Soy el primero que los valora. El problema ha venido cuando se han acomodado y creido que merecen estar dónde están sólo por el hecho de haber vivido de ello la mitad de su existencia. El ayuntamiento de Cartagena ha sido los últimos años cuna de personajes con una, al menos, discutible capacidad de gestión. A pesar de ello, doña Pilar Barreiro, tal Julio César, se ha atrincherado en su palacete particular por miedo a que sus Brutos contemporaneos, ediles de su rebaño, le pudieran clavar el puñal del desaliento.

Como ciudadano me gustaría conocer el nivel académico o la experiencia laboral de las personas que nos gobiernan, aunque creo que sería desalentador saber el resultado. El Partido Popular ha sido cuna de enchufismos y soluciones vitalicias que se han de acabar. Pero si estos señores pecan de falta de preparación, agárrense a los currículos de los señores de Podemos. Estos competidores de las urnas se dejan la piel en hacernos creer que no son una escisión ultra de Izquierda Unida, de pensamiento marxista. Quiere meternos por los ojos que son los hijos de Bambi o los Timones del Rey León. Hermanitas de la Caridad de la Asociación Transversal 15M. Dicen sin pudor que quieren ocupar el centro, que por ideas demostradas le corresponde a Ciudadanos, C´s . Me imagino que el centro del que hablan será entre Stalin y Lenin. Todos sabemos el peligro de que nos gobiernen personas que han llegado con una factura de ira, desánimo e incomprensión. Que provienen de la desazón, aunque sus ideales primigenios los compartamos la mayoría.

Quizás pensarán ustedes que la solución viene de la mano del desectructurado Partido Socialista. Quizás es posible que don José Antonio Alonso quiera volver aprovechando la red de contactos y amistades de la que siempre ha presumido. Ustedes son libres de opinar y votar lo que estimen oportuno. El pozo se les antoja hondo.

Defender la postura de C´s Ciudadanos no es pecisamente la función de mi columna semanal. Los que me leen con asiduidad saben de lo que hablo. Les pido que me escuchen detenidamente y después saquen sus propias conclusiones. Hoy sí voy a hablarles claro, hoy voy a intentar dejar fuera de servicio al resto de partidos porque creo que Albert Rivera es la solución. Creo que a una persona que pone su tiempo al servicio de la política se le ha de exigir honradez, dedicación y ganas. Pero si se llega al poder con débitos electorales a modo de donaciones a partidos, ya se entra en negativo y vamos de mal en peor.

La más que manida frase de que es el momento del cambio y tal y tal suena más rancio que el aceite de ricino o la serie Cuéntame. Es el momento de dar un paso y de que ustedes crean en nuestro trabajo, en nuestra dedicación y en nuestra honradez. No prometemos nada, demostraremos mucho. Demostraremos que podremos estar al servicio de los españoles.

Por eso, no les pido que voten a mi partido, aunque me gustaría. Le pido que vean cómo los demás están: fuera de servicio.