Tres chefs del afamado Mugaritz, desplazados al Instituto Tecnológico de Massachusets, han demostrado que cambiando cocina por química y texturas pueden hacer que cualquier cosa sepa a cualquier cosa€ Desde chupar un papelito con feniltiocarbamida, que no sé lo que es, pero amarga, hasta hacerles creer que la sandía desecada es carne dulce, o que algo, de lo que no desvelan su naturaleza, lo confundan con jamón, chorizo, o incluso chocolate€ Lo único que me demuestran es que esta gente son capaces de hacernos comer como una exquisitez cualquier conperdón, y cobrarnos como si tal. ¿Recuerdan la merd d’artiste?