Mercedes Alaya ha abierto una espita al imponer a la exconsejera de Hacienda de Andalucía y exministra de Fomento, Magdalena Álvarez, una fianza de 29,5 millones por su supuesta responsabilidad el fraude de los ERE. No hace falta consultar ninguna bola de cristal para poner en duda que la actual vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones llegue a cargar con semejante castigo. No conozco de nada a esta señora, que solo se dejó caer por Murcia para asistir a una boda siendo responsable de las obras públicas del Estado, ni sé cómo ha hecho las cuentas su señoría, pero no le deseo la mala suerte de tener que cargar con las culpas de la madeja en la que se ve envuelta. De lo único que me alegro es de que la Justicia garantice la paternidad del dinero público al mismo tiempo que busca a los culpables. Desde el momento en que lo robado tiene dueño, las manos por las que pasa están obligadas a responder por encima incluso de su intimidad.