Puestas así las cosas, viendo lo que hay, mucho y bueno, y no pudiendo el presidente contar para su sustitución con un buen político querido por todos los murcianos como Paco Celdrán, no sería descartable que, en el último momento, Valcárcel se inclinase por alguien que le es fiel hasta la muerte, sincero pero con lealtad, constructivo, con ideas, con sapiencia, con esa madurez y horas de vuelo en este oficio de la política, que debe tener un presidente, honrado, honesto, trabajador, respetado y muy obediente con la disciplina de partido, como el vicepresidente de la Asamblea Regional, Alberto Garre». Artículo de un servidor de Dios y de ustedes, en La Opinión del día 22 de noviembre de 2012.

Lo he dicho siempre, mi presi Valcárcel ha sido y es el más listo de la clase.

Unos pensaban que estaba acorralado con lo de la sucesión y, ya ven, todo un golpe de maestría política y, como un buen prestidigitador, ha hecho que la opción Alberto Garre, que ya se venía señalando desde La Opinión, sea la gran solución a su sucesión, asegurando la continuidad de su política regional, una vez fallido el intento con Pedro Antonio Sánchez, que hubiese sido un acierto, pero, en fin, hay mucho camino en la vida de un político con 37 años y muy bien preparado, como lo hay en la carrera política de Juan Carlos Ruiz. De momento, un diez para Valcárcel.

Alberto Garre, al que un servidor ya colocó como la última y mejor opción en la línea de salida para la sucesión presidencial en el año del Señor del 2012, como lo demuestra la hemeroteca de este periódico, representa la fidelidad al presidente Valcárcel, la lealtad al Partido Popular y la honradez que debe exigirse a todo político.

Fidelidad. Si algo le caracteriza sobre muchos políticos, o casi todos, es el grado extremo de fidelidad hacia el presidente Valcárcel. No ha permitido ni consentido jamás crítica destructiva o maligna sobre el hacer y deshacer de la gestión presidencial, lo cual no quiere decir que no opine o deje de opinar, lo que le ha granjeado más de una situación incómoda. Puede estar bien seguro Valcárcel de que no ha equivocado su elección, y de que la forzada decisión sucesoria ha sido un acierto pleno. Alberto Garre también es fiel a la amistad, como no podía ser de otra manera, siempre que ésta sea sincera y cristalina; siempre lleva a gala ser mejor amigo de sus buenos amigos.

Lealtad. En lo tocante a la unidad dentro del Partido Popular, está garantizada. Alberto es un hombre leal a su partido, muy dialogante y para nada rencoroso. No entiende de bandos ni de secciones dentro del partido, ni de éste estaba allí con aquél, ni conmigo porque sí, como ya lo ha demostrado en unos minutos de candidato, al contar para su equipo de Gobierno con Pedro Antonio y Juan Carlos. Es un político avezado con mucha carrera en sus espaldas y sabe que ahora es el momento de la unidad de todos y de luchar juntos contra vientos y mareas, que las hay. Su principal reto, casi seguro, será salvar los obstáculos que le permitan al PP volver a ganar las próximas elecciones, tras intentar controlar la caída de votos en las europeas. Al tiempo que, con un buen equipo de Gobierno, tratará de dar un respuesta adecuada a las demandas, quejas y descontentos de todos los murcianos.

Honradez. Albero Garre no dirá aquella frase de Carlos III de que no quería en sus ejércitos a gitanos, murcianos y gente de malvivir, pero sí puedo asegurar que bajo su batuta no habrá rincón ni cargo donde puedan esconderse los chorizos de la política. Ya pueden ir haciendo las maletas y desfilando hacia la puerta de la calle todos los políticos que tengan relación con la corrupción y aquellos cargos políticos, de los de a dedo, que tengan alguna cuestión no muy transparente en su gestión, porque ha llegado el azote de los deshonestos. En su Gobierno y bajo su mandato esta gente no tiene cabida y pueden estar bien seguros, aquellos que se pringan, de que no les va a pasar ni una.

Este es un político de los que se puede asegurar que está sin mácula, es decir, por mucho que le escarben los de la oposición, tan sólo llenarán sus mochilas de buena conducta y seriedad. Como ya dije, Garre es un político tan respetado que hasta la oposición sabe que su rectilínea trayectoria intachable es un hándicap difícil de criticar, aunque es comprensible que algo tendrán que objetar.

Bueno, como no hay mal que por bien no venga, es de agradecer que los murcianos, que estábamos ya encaminados hacia el tsunami de la marabunta de líos y pifostios de luchas intestinas del partido gobernante más la caña de la oposición, nos quedemos prácticamente como estábamos.

Por cierto, Alberto, de parte de nuestro común amigo Ángel, que te aseguro está muy feliz con tu nombramiento, te recuerdo aquello que solía decirnos: «Cuando la cosa viene hacia ti€ date por nombrado». Pues eso mismo, tal cual.