ouisse volvió de Florencia impresionada, aturdida en la belleza. Todo le había acontecido cuando daba por terminada su adolescencia. Yo le había preparado un itinerario que a su vez me había dibujado mi pintor Gómez Cano: «Quedarse un gran rato en la plaza de la catedral€Campanile, diseñado por el Giotto, Cúpula de Brunelleschi, Puertas del Baptisterio y dentro Pietá de Miguel Ángel€ Callejeando hacia el río (sin cruzarlo), ´mercado´ de la Torre Cuadrada con esculturas estupendas, hacia la izquierda plaza de la Señoría, Museo de los Uficci; callejeando en esta zona entre la Señoría y la Catedral, los callejones donde parece va a salir Dante, museo de la Academia con los Esclavos de Miguel Ángel, San Mateo y Pietá, fabulosos, y El David (auténtico)».

El David le fue encargado a Miguel Ángel por la República Florentina y colocado delante del Palacio Viejo como símbolo de la libertad. Fue esculpido en 1504, por lo que ha cumplido 510 años y estuvo siempre a la intemperie hasta 1873 cuando se instaló en el vestíbulo de la Galería de la Academia. Es una obra de juventud, empezó a trabajar en ella con 26 años. Bella, gigantesca (cuatro metros de altura) figura juvenil en la que altivez y virilidad, prestancia física y nobleza de expresión caracterizan la obra de Buonarotti.

Louisse la rodeó bajo el lucernario proyectado por el arquitecto Emilio de Fabris descubriendo cada músculo de la escultura. La visita de la muchacha a Florencia se ha actualizado por el aniversario del Coloso del Renacimiento y la limpieza de la obra, que son noticia. Los restauradores siempre discuten vehementemente por las diferentes técnicas posibles de lavado de la piedra. Todos los expertos tienen detractores y avalistas. Nunca esta obra fue tratada con tanto mimo.

Cuando Miguel Ángel empezó, la pieza de mármol de Carrara llevaba cuarenta años a la intemperie en el patio del Duomo de Florencia. En la amplia vida de la escultura, una vez finalizada al aire libre, ha habido momentos duros. Los italianos no han sido, precisamente, un modelo pacífico de existencia. En una de estas agresiones, en 1527, el David perdió un brazo. Pero han sido más dolorosos los daños por malas restauraciones en el XIX. En 1810 la recubrieron de cera, sin razón. Y para quitársela con clorhídrico se cargaron la pátina original.

Y más recientemente, en 1991, un artista, Pietro Cannata, cabreado con el mundo, le arreó un martillazo en un dedo del pie izquierdo, causándole notables daños. Las noticias han vuelto a enamorar a Louisse que nunca vio un culo como aquel del David, al que quiso acariciar en su piel tan fría como hermosa.