Vaya, vaya, menudo atracón se dio mi compañero de página y artículo la semana pasada con cinco platos de adiós al valcarcelismo. Con hartazgos como ese no debería quejarse si le sale un buen mondongo. Anda que disfrutó todo lo disfrutable con el tema en cuestión, le salieron sus rojeríos en forma de lágrimas de alegría como si hubiese cantado la Internacional o el «no pasarán».

Pues bien, Pedro, ¿y ahora qué? ¿qué va a hacer la oposición? ¡Ah!, perdón, ¿pero existe esa especie política por nuestras tierras? Mira, Pedro, si la ves dímelo, sí, te lo agradeceré como el león al ciervo. No, no es sólo para ver tales especimenes en extinción, es que quisiera colaborar o bien honrando su memoria llevándoles flores a su cementerio político o regalándoles unas dosis de fe con un «Lázaro (perdón, PSOE) levántate y anda», según lo que se vea.

Hace unos días asistí a un pleno de la Asamblea Regional. La líder del PSOE y el propio de IU le hicieron una pregunta cada uno al Presidente de la Comunidad. Me quedé atónito con la de la señora García „creo que es así como hay que llamarla ¿no?„, pues fue buscando pillar al presidente y se encontró ella misma en la ratonera. En tan sólo dos minutos recibió del presi tantas hostias verbales con exquisita educación, que si yo hubiese sido ella „que no lo pretendo„ me retiro de la política y me mudo de región. Qué digo de región, ¡de país! Y me pregunto: ¿no se dará cuenta esta política de que no vale para lo que hace? Pues alguien debería decírselo aunque fuese por caridad.

Bien, lo del entusiasta Pujante ya fue de nota, no ya por la pregunta, sino por el recuerdo al 37 aniversario de la muerte de Franco. ¿Qué pintaba Franco en una pregunta para saber cómo iba Valcárcel a solucionar el paro? Sí, me he expresado bien, quería saber ´cómo va a solucionar mi presi el paro´. Lo que no saben hacer las mentes más lúcidas del planeta lo tiene que saber Valcárcel. Si lo que pretendió es reconocerle una súperinteligencia, lo hizo muy bien, pero si quería llevarse otra ensalada de caponazos verbales con exquisita educación, como las que se llevó la señora García, también lo hizo muy bien, pues vaya que se los llevó y bien puestos. Y eso es lo malo de nuestra Región. Se alegran de que se vaya Valcárcel, pero ¿de qué le va a servir a la oposición que se vaya el mejor político que tenemos? Como no sea para recibir menos leches dialécticas de las que vienen recibiendo... Para otra cosa, ná de ná.

Una líder del PSOE que pierde por tantos votos como perdió en las últimas elecciones debiera haberse retirado a su puesto de funcionaria y dedicarse a lo que mejor hace y hace bien: su profesión. Pero pretender mantenerse en un puesto como sea por aquello de que ´no me voy´ demuestra que no son profesionales de la política sino vividores de ella. Rafael Tovar, al menos, no ha perdido ningunas elecciones por lo que mantiene el reto de ser el que consiga levantar al socialismo de la Región. Carácter tiene, voluntad inquebrantable también, por lo que si se recetase mas simpatía, menos frialdad, mas cercanía campechana con el pueblo y le tendiese la mano a los que no son socialistas ni de izquierdas, es posible que llegue a conseguir algo. Lo tiene todo por demostrar. Habrá que esperar a que le llegue la oportunidad en la contienda electoral, que como le pongan a alguno de los que dicen va de sustituto del one igual hasta triunfa.

Pujante es bueno, tiene buena planta, juventud e imagen, pero mientras siga investido del uniforme mental del comunismo de los albores del siglo XX y no se rebautice con las ideas de una izquierda moderna que dé respuestas reales a los tiempos reales que vivimos,, poco tiene que hacer desde su posición conservadora, eso sí, conservadora zurda, por supuesto.

Puestas así las cosas, amigo Pedro Sabiote: ¿dónde está la izquierda? Miro a la izquierda y no la veo; miro a la derecha, tampoco; elevo mis ojos hacia el cielo y sólo veo el firmamento, y si los bajo hacia la tierra, no están. ¿Que donde están? Pues yo te lo digo: están de córpore presente en los plenos, de manera testimonial en las nóminas que todos les pagamos mensualmente y de convicciones... aún andan filosofando sobre la razón de que el pueblo no los vote.

No sé si se le podría hacer cambiar a Valcárcel de la decisión de irse, porque es una pena que un político de su talla, en el mejor momento de su carrera política, diga que se va cuando tiene tanto y más para seguir aportando. Pero si encima lo comparas con lo que va a venir por un lado o puede venir por el otro, solo queda una opción:

«Presi, no te vayas, porfa».