El problema del déficit, de la deuda, de la paralización de la economía regional, de la morosidad, tiene un origen y fundamento que trasciende la propia crisis y que se fundamenta en un modelo económico caduco y en una concepción muy valcarciana, que identifica los conceptos de gobernar y gastar, en lugar de asimilar los conceptos de gobernar y administrar.

Pues bien, estamos con este nuevo Plan económico financiero de equilibrio presupuestario de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia para 2012 -2013; con esta panoplia de ajustes y recortes que llevarán al paro a miles de trabajadores públicos y que mermarán sensiblemente la cantidad y calidad de los servicios públicos. Estamos hablando de 623 millones de euros de reajuste presupuestario para el año 2012, de los cuales, 219 serían nuevos ingresos.

La inquietud surge al observar lo que ha sucedido en los últimos años con otros planes similares a este (de idéntico nombre) y los resultados que han dado. En primera instancia, esto es lo que nos lleva a dudar de la efectividad del plan de ajuste presupuestario que ahora presentan (en relación con el objetivo que persigue), a pesar de lo sangrante de la mayoría de recortes que incluye.

En cuanto a los ingresos, la pregunta que no podemos dejar de hacernos es por qué el presidente Valcárcel se ha empecinado en no aplicar estas y otras medidas impositivas hasta ahora.

Desde nuestro punto de vista, en este ámbito, faltan actuaciones, medidas e impuestos que todavía se niegan a aplicar y que podrían producir mayores ingresos vía impositiva, como por ejemplo, la revisión del tramo autonómico del IRPF en lo que concierne a las rentas más altas o el establecimiento de una tarifa autonómica progresiva en el impuesto de patrimonio o el impuesto, que planteamos, aplicable a las entidades de crédito, en relación con los depósitos bancarios o la creación de un impuesto sobre las grandes superficies comerciales€ Se trataría de que ingresaran más los que más puedan, para no recortar en servicios básicos ni en empleos públicos.

Por lo tanto, como conclusión y en lo que concierne a los ingresos por este camino (se haya aprobado o no este plan) está por ver la efectividad de las medidas que se plantean en lo que atañe al montante de ingresos que se espera recaudar.

En relación con los ingresos no procedentes de los impuestos, básicamente, son medidas que se deslizan de planes anteriores y se refieren a la enajenación de patrimonio, que hasta ahora han demostrado su ineficacia. Son, por ejemplo, la venta de inmuebles y puntos de amarre. Estos ingresos, dada la escasa demanda inmobiliaria y la raquítica liquidez inversora que se da hoy en nuestra Región, no parece que se vayan a producir en la cantidad prevista: 60 millones para la venta de inmuebles y 78 para los puntos de amarre este año 2012. Insisto, estas medidas fracasaron en el plan anterior, el del año pasado, en el que había previsto ingresar 196 millones de euros.

Así pues, podemos llegar a una conclusión en relación con los ingresos y es la de la incertidumbre. Este plan incluye, deslizados del plan anterior, impuestos que no se llegaron a cobrar e ingresos que probablemente no se lleguen a producir.