Veo con esperanza unas declaraciones del vicepresidente del Consejo General del Poder Judicial, señor De Rosa, en las que se muestra partidario de una reforma profunda de la Justicia que permita, sin olvidar las necesarias inversiones económicas, mayor celeridad.

1. Un cambio absoluto en el concepto de Juzgado, que ya está siendo intentado a través de la nueva denominada ´oficina judicial´, que si bien actualmente no goza del éxito deseado, al menos en algunos órganos judiciales que se han visto privados de una serie de funcionarios que han pasado a esa oficina sin que los que han quedado en su anterior ubicación, puedan solventar todo el trabajo, en un futuro servirá para mejorar la Justicia.

2. Un cambio en la legislación que permita agilizar los trámites procesales, sin que se vea afectada la seguridad jurídica.

3. Un cambio que mejore la tutela judicial efectiva, no solo para evitar dilaciones indebidas, sino también para desjudicializar materias que pueden no ser objeto jurisdiccional. Además de potenciar la mediación y cualquier otra solución extrajudicial como puede ser el arbitraje o la transacción, incluso dentro de un proceso.

4. La creación de más Juzgados, pues no se puede olvidar que España se encuentra por debajo en la ratio de jueces en Europa por cada 100.000 habitantes, y en cambio está por encima de esa media de órganos judiciales con más de cuatro Juzgados. Lo que significa que debe favorecerse el número de jueces para resolver los asuntos, más que crear nuevos juzgados.

5. Una utilización profunda de las tecnologías, hasta alcanzar un juez tecnológicamente avanzado, que use las herramientas precisas para agilizar la Justicia. Para lo cual es imprescindible, añado, que los jueces sepamos utilizar esas herramientas y, lo más importante, que éstas funcionen correctamente y sean uniformes para todo el territorio español. Pues en la actualidad, cada Comunidad autónoma, dependiendo de si tiene o no trasferidas las competencia de Justicia (les recuerdo que Murcia no, pero estuvo a punto), usa un sistema informático diferente y, lo que es peor, a veces incompatible. O sea, que mejor empezamos por unificar tecnologías y después por preparar a los jueces, pasando por instaurar conexiones con los sistemas informáticos de otras Administraciones distintas a Justicia.

Y en este sentido, quiero dar una especial bienvenida a los Registradores de la Propiedad, que recientemente se han incorporado a la tarea de agilizar la Justicia al firmar su Colegio con el Consejo General del Poder Judicial un convenio para facilitar los nuevos desarrollos tecnológicos, con el fin de impulsar la productividad a través de la posibilidad de presentar títulos judiciales en los Registros de la Propiedad Inmobiliaria, Mercantiles y de Bienes Muebles. Y concretamente: a) acceso por los órganos judiciales a los libros del Registro; b) envío de documentos on line por los Juzgados a los Registros; c) consultas judiciales del estado de las fincas registrales; d) notificar actuaciones registrales; e) desarrollar subastas electrónicas; e) incluso localización y embargo de bienes en procesos judiciales.

Así que con la esperanza de convertirme prontamente en un juez tecnológicamente avanzado, les adelanto por donde van los tiros en esto de la Justicia y sus desarrollos.